Cuando curioseamos entre los tratamientos de belleza de los spas o las clínicas especializadas, nos encontramos con un apartado dedicado a los baños de lodo o fangoterapia. Viendo esas imágenes de las piscinas de lodo, no podemos evitar preguntarnos si realmente será efectivo y cómo será la sensación de sumergirnos en una de esas piscinas o de que nos extiendan el barro por el cuerpo.
Lo primero que tenemos que saber es que el fanto que se utiliza es especial, bien fango volcánico, de grandes propiedades nutritivas para la piel o fangos traídos de orillas de manantiales o de grutas, y es un fango tratado específicamente, por lo que está libre de impurezas y bacterias.
La fangoterapia es un tratamiento muy aconsejable porque el barro posee multitud de propiedades, entre las que podemos destacar su carácter descongestivo, purificante, antiséptico, cicatrizante y calmante. Todas estas cualidades nos ayudarán, cuando nos aplicamos dicho tratamiento, a combatir el envejecimiento de la piel, la celulitis, estimular la circulación sanguínea, eliminar líquidos, eliminar las manchas de la piel como las provocadas por la rosácea e incluso, combinado con masajes, nos ayuda a combatir contra la flacidez del busto.
El tratamiento se realiza aplicando el fango mediante masajes. Como es un producto que no tiene contraindicaciones, se puede aplicar sobre todo el cuerpo y, una vez aplicado, se dejará reposar hasta que esté totalmente seco. El fango se aplica templado, lo qué provoca la dilatación de los poros de la piel y, por lo tanto, una mayor absorción de sus nutrientes.
Una vez el barro se haya secado sobre nuestra piel, el tratamiento finalizará con un masaje ducha vichy o con una ducha bitérmica, mediante la cual limpiaremos nuestra piel y lograremos una relajación total de nuestro cuerpo.