En invierno nos acordamos mucho de la vitamina C. No en vano, es la que nos ayuda a prevenir y a superar los resfriados y gripes propios de esta época. Pero esta no es la única propiedad que tiene dicha vitamina, ya que también nos va a ayudar a prevenir las arrugas.
Los componentes que ayudan a la piel a mantener su tersura son el colágeno y la elastina. Estos componentes se reducen con la edad, con lo que aparecen las arrugas. Es aquí donde la vitamina C se convierte en nuestra aliada, ya que nos ayuda a estimular la producción de colágeno y la regeneración de las células de la piel. Al mismo tiempo, tiene un gran poder antioxidante, con lo cual, mediante la captación de los radicales libres, nos ayuda a mantenernos más jóvenes y a combatir las manchas de la piel.
Sin embargo, tendríamos que consumir cantidades enormes de alimentos ricos en vitamina C para notar sus beneficios en nuestra piel. Es por eso que muchas marcas comienzan a incluirla entre los ingredientes de sus cremas regeneradoras.
Pero también existen trucos caseros para alimentar tu piel con vitamina C:
Crema de zumo de limón y zanahoria: ralla 2 zanahorias y mézclalas con un poco de zumo de limón. Conseguiras una crema hidratante de gran calidad.
Si te gustan los aceites esenciales, mezcla medio vaso de aceite a base de aguacate con 2 gotas de esencia de naranja, 3 de limón y 3 de geranio. La mezcla devolverá a tu piel su aspecto fresco.
Puedes hacer muchas combinaciones de productos ricos en vitamina C, como el kiwi, la papaya, frutos rojos, etc, pero siempre recuerda que esta vitamina es sensible a la luz y al calor y pierde rápidamente sus propiedades, por lo que debes aplicarte las mascarillas inmediatamente después de haberlas preparado.