Existen diferentes métodos para librarnos definitivamente de ese vello que nos trae a todas por la calle de la amargura. Una de las técnicas es la depilación termoquímica, que consiste en, mediante el calor, atrofiar progresivamente las células de la raíz del pelo hasta hacer desaparecer completamente el vello.
Para realizar este tipo de depilación, es necesario que en el centro de estética cuenten con un producto que atrofie el vello, un sistema de termoterapia y poder aplicar cera. Como la técnica se basa en el calor, es necesario que la cera sea fría.
Se aplica primero el producto y después se somete al calor para permitir su mejor penetración en el folículo y actúe con mayor eficacia. La temperatura que se alcanza es entre los 37 y los 44 grados centígrados, que es la ideal para que el producto actúe completamente.
La aplicación de la termoterapia se realiza bien mediante sondas, en zonas pequeñas de la piel o mediante bandas, que son más grandes y se utilizan para depilar superficies más extensas como las piernas.
Es un método eficaz y rápido para eliminar del vello, pero a la hora de utilizarlo debemos tomar ciertas precauciones:
– Al ser un método basado en el calor, las personas que tienen problemas circulatorios en las piernas no deben utilizarlo.
– Si tienes la piel delicada, coméntaselo a la esteticista. Seguramente ella optará por aplicarte primero la cera fría para después aplicar el calor y conseguir así que tu piel no sufra.
– Tampoco pueden utilizarlo las mujeres embarazadas ni usarse en zonas con problemas dermatológicos, heridas, cortes, etc.
– Y, como ocurre con la depilación eléctrica o la láser, después de cada sesión debes evitar completamente tomar el sol, ya que podrían aparecerte manchas en la piel.