El cutis mixto es el que presentamos la mayoría de las mujeres. No es ni seco ni graso, sino una mezcla de los dos, también con los problemas y complejidades que conllevan ambos tipos de cutis. Normalmente en este tipo de cutis se mezclan una zona grasa, denominada Zona T, formada por la frente, la nariz y la barbilla y el resto del rostro que es seco. Esta Zona T es la más problemática, porque es donde tienden a aparecer los granitos y puntos negros y nos complica a la hora de tratar este tipo de cutis.
Aunque lo lógico sería cuidar cada parte del rostro por separado, al final terminaría siendo muy engorroso, por eso es esencial utilizar productos específicos para las pieles mixtas que aporten hidratación sin hacer que aumente la grasa de nuestro cutis.
Es muy importante hidratar las pieles mixtas porque las zonas más grasas también pueden estar deshidratadas. Busca un producto de textura fluida y ligera y sobre todo que esté libre de aceites. Para aplicarlo, comienza extendiéndolo por las mejillas, masajeando hasta que se absorba casi totalmente. Después, extiende lo que te sobre por la frente, la nariz y la barbilla para que no haya exceso de grasa.
Para hacer una mascarilla casera específica para la piel mixta, pon una cucharada de yogur en un bol. Añade una cucharadita de miel que esté a temperatura ambiente o un poco caliente para potenciar sus propiedades. Después añade doce o catorce gotas de limón y mézclalo bien todo. Aplícalo en la cara pero teniendo mucho cuidado de que no entre en contacto con los ojos y mantén la mascarilla unos veinte minutos aproximadamente. Finalmente aclárate la cara con agua templada.