Las exfoliaciones corporales siempre son una parte muy importante en los tratamientos de belleza. Los esclavos de Cleopatra ya le frotaban la piel con miel granulada y mirra, para que cada vez que saliera en público pudieran observar su perfecta piel. Las exfoliaciones corporales han ido cambiado y cada vez se utilizan ingredientes para su realización más variados como por ejemplo cáscaras de frutos secos, conchas de mar, sales y otros minerales que son capaces de dejar la piel “fresca” y relajada.
Pero ¿es tan sencillo hacernos nuestro propio exfoliante corporal? Como te comentábamos, la mayoría de exfoliantes, tiene ingredientes naturales que se pueden tener en cualquier casa, como por ejemplo, el azúcar. Así que, manos a la obra, y comienza a realizar tu propio exfoliante corporal. Elige tu fragancia favorita, y algo granulado. Es muy importante que evites los ingredientes a los que puedes ser alérgica. Mezcla ambos ingredientes en un recipiente que puedas manejar con comodidad.
El azúcar no es tan duro como cáscaras de cacahuete: se derrite rápidamente cuando se humedece, así que este será tu ingrediente predilecto si tu piel es delicada. La otra ventaja del azúcar es que, a diferencia de la piedra pómez, no te deja restos insolubles, que no llegan a desaparecer y se quedan en los desagües de las bañeras. Apunta los ingredientes de tu “dulce” exfoliante corporal:
– Dos tazas de azúcar moreno o azúcar normal
– Entre 1 ½ -2 tazas de aguacate, aceite de sésamo sin tostar o aceite de jojoba
– Entre ½ -1 taza de aceite de albaricoque o melocotón
– Aceite esencial (si es de jengibre y vainilla, mejor)
– Miel para suavizar la textura
Recuerda que lo último que debes añadir a la mezcla son los aceites esenciales ya que serán los encargados de proporcionar la fragancia a la mezcla y, también conseguir dar a la mezcla la humedad que necesita.