Después de un invierno en el que apenas vemos el sol, nuestra piel luce absolutamente blanca y falta de color, lo cual es aún más palpable las primeras veces que vamos a la playa, la piscina o nos ponemos ropa de verano. Para evitar esto y poder disfrutar cuanto antes de un bonito tono dorado, podemos aplicarnos un autobronceador hasta que logremos un moreno natural.
– Es aconsejable exfoliar la piel suavemente antes de aplicar el autobronceador. De ese modo, limpiarás la piel y eliminarás las células muertas, con lo que el tinte se absorberá de forma más homogénea y con mayor rapidez y facilidad. Esta exfoliación es especialmente aconsejable en zonas como codos y rodillas, ya que, de ese modo, evitaremos que estas zonas queden más oscuras o manchadas cuando apliquemos el autobronceador.
– Tras la exfoliación, es importante que la piel esté bien hidratada, por lo que debemos aplicar una crema hidratante diariamente, aunque nunca antes de aplicar el autobronceador, ya que la piel debe estar completamente limpia de cualquier producto cuando lo apliquemos.
– A la hora de aplicarlo podemos elegir entre diversos formatos, desde sprays hasta toallitas o cremas. Los más fáciles de aplicar son los sprays, aunque podemos elegir el formato que más sencillo nos resulte aplicar.
– Al aplicarlo debemos utilizar guantes para no mancharnos y empezar siempre por los pies, aplicando una buena cantidad de producto y extendiéndolo de forma homogénea por toda la superficie de la piel con movimientos circulares, dejando los codos, rodillas y tobillos para el final.
– Si te lo aplicas en el rostro, cuida de que el producto no caiga en los ojos, en las cejas o el nacimiento del cabello, ya que pueden aparecer manchas.
Finalmente, no olvides dejar secar el producto, lo que puede tardar entre 5 y 30 minutos dependiendo del tipo de autobronceador.