Aceites faciales: manual de uso

aceites faciales
El uso de aceites en belleza cada vez está cobrando más fuerza y no solo para el cuerpo o el pelo, sino también para el rostro. Una tendencia que está al alza por las propiedades que tienen este tipo de productos, sobre todo, para mantener bien hidratada la piel. Sin embargo, su uso en el rostro es menos conocido. ¿Cómo se utilizan? ¿Cuándo es más conveniente emplearlos? Son algunas de las preguntas que se formulan muchas mujeres y a las que respondemos.

¿Cuándo hay que utilizarlo?

El aceite facial es muy versátil en cuanto a su utilización por lo que puede usar en varios momentos del día. Una de las opciones que se tiene es emplearlo como un complemento a la crema hidratante que se aplica todos los días para lo que hay que mezclarla con una pequeña cantidad del aceite para conseguir mejores resultados. Suele ser suficiente con dos o tres gotas de producto.

Otra de las alternativas es emplearlo para unas zonas concretas del rostro que precisen de mayor hidratación o reparación como suele suceder en el caso de la nariz o de la barbilla principalmente.

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Con la piel húmeda también es un buen momento para aplicar el producto porque así penetra mejor en la piel y se absorbe más rápidamente, contribuyendo a que la hidratación se note en poco tiempo.

Y, en el caso de las mujeres que se maquillan, una opción interesante es ponerlo antes de extender la base de maquillaje, sobre todo, en las pieles que son muy secas. Además, de este modo, también se consigue que la dermis tenga un tono más uniforme.

¿Cómo se aplica?

La aplicación del aceite facial es muy sencilla. Tan solo hay que coger unas gotas, con tres o cuatro puede ser suficiente, que se tienen que poner en la palma de la mano para extenderlas con las dos, que tienen que frotarse para que el producto tome un poco de temperatura.

A continuación, hay que poner las manos a ambos lados de la nariz y moverlas hacia arriba, en dirección a la frente. Luego, se tienen que bajar hacia las orejas y, posteriormente, hacia el cuello. En todo el proceso, no hay que olvidarse de hacer una ligera presión sobre el rostro y de realizar el movimiento como si se estuviera dando un pequeño masaje facial.

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