Anticelulíticos: ¿cómo se usan?

celulitis
La celulitis es un problema que afecta a muchas mujeres. Es habitual que, con frecuencia, se recurra al uso de cremas específicas para combatirla. La verdad es que es un producto que no suele utilizarse bien, lo que lleva a que se pierda efectividad. Pero, ¿cómo deben utilizarse? ¿Se puede potenciar su eficacia? ¿Cómo se aplica? Estas son algunas de las preguntas que aquí respondemos para que hagas un buen uso y luzcas perfecta lo antes posible.

Uso

Las cremas anticelulitis tienen que aplicarse todos los días. Lo mejor es incorporarlas a la rutina de belleza para que no se olvide su aplicación. Un buen momento es extender el producto tras la ducha diaria con la piel, siendo necesario que la piel esté bien seca.

Otra opción es extenderlo antes de irse a dormir, sobre todo, aquellas cremas que son específicas para su uso nocturno. Es importante aplicar la crema media hora antes como mínimo de irse a dormir para que el producto no acabe en las sábanas.

Técnicas

En todo caso, es fundamental aplicarlas con un masaje. De hecho, es la forma de potenciar su eficacia, ya que el mal retorno venoso y el estancamiento de la linfa y de la sangre son los principales desencadenantes de la aparición de la celulitis y de esa piel de naranja u hoyuelos.

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No obstante, suele ser necesario dedicarle solo unos cinco minutos a dar este masaje. La técnica más adecuada consiste en unir el dedo pulgar con el índice para hacer un círculo con las dos manos e ir subiendo desde el tobillo hasta las ingles con un movimiento de compresión.

Los muslos tienen que trabajarse además con movimientos de amasamiento, es decir, simulando los gestos de amasar el pan. Y, en el caso de zonas con celulitis rebelde o incrustada, la clave está en combinar un trabajo con los nudillos presionando con ellos para que se deshagan los nódulos de grasa.

Otra técnica que igualmente puede usarse es la del rodamiento, aunque puede ser algo más molesta en las áreas en las que la circulación está comprometida. El truco está en pinzar la piel para crear un pliegue grande y en arrastrar las manos sin soltar ese pliegue. Este proceso se hace mejor utilizando algún aceite para facilitar el deslizamiento.

Con independencia de la técnica que se emplee, no hay que olvidarse de que los movimientos siempre tienen que ser de abajo hacia arriba.

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