Hay muchos momentos en que nos apetece que nos den un masaje, nos mimen y relajen nuestro cuerpo. Desafortunadamente, en muchas de esas ocasiones no tenemos a nadie que nos lo dé, por lo que debemos renunciar a él. Para que esto no te vuelva a ocurrir te presentamos un masaje que puedes darte tú misma, para relajar tu cuerpo y tu mente al tiempo que reduces los signos del envejecimiento.
El momento ideal para practicar este masaje es por la mañana y no vas a necesitar más de quince minutos. Necesitarás un cuarto de taza de tu aceite esencial preferido que será el complemento ideal del masaje.
Para comenzar, úntate el aceite por todo el cuerpo, evitando la cara si tienes el cutis graso. Después debes comenzar a masajear el cuerpo comenzando por la cabeza, con movimiento sus aves pero enérgicos, preferiblemente hacia arriba.
Masajea el cuero cabelludo. El aceite que tienes en las manos ayudará a hidratarlo, aunque te tendrás que lavar el pelo al terminar.
Después pasa a masajear los hombros y el cuello, siempre en dirección al corazón. Hazlo usando las palmas de las manos y los dedos para continuar hacia el estómago, donde debes masajearlo con movimientos circulares amplios en el sentido de las agujas del reloj. Esto es muy importante, porque de lo contrario puedes interferir en la digestión.
A continuación masajea los brazos con movimientos largos y cortos y circulares en los codos y las muñecas.
Continúa por las caderas y las piernas, utilizando movimientos largos. Recuerda que en las piernas el masaje siempre debe ir desde los tobillos a los muslos para favorecer la circulación de retorno y estimular el riego sanguíneo.
Masajea finalmente los pies y los tobillos. No te olvides de las plantas de los pies para lograr una relajación total.