Hoy vamos a seguir hablando del carbón activo porque cada vez está presente no solo en los productos de belleza para el pelo, la piel o los dientes, sino también en otros artículos que se comercializan para ayudar a adelgazar o que tienen un efecto détox. Y es que es un elemento controvertido sobre el que los propios especialistas no terminan de ponerse de acuerdo. No obstante, sí hay algunos aspectos sobre los que no hay base científica y que conviene saber porque puedes estar poniendo en riesgo tu salud.
Efecto détox
El carbón activo se asocia con un efecto détox por su gran capacidad para atrapar toxinas, lo que hace que se produzca un efecto purificador. Sin embargo, esto puede tener efectos nocivos en la salud.
Uno de ellos es que no solo atrapa las toxinas, sino también otras sustancias como algunos nutrientes del organismo. Esto puede conllevar que se produzcan deficiencias nutricionales, sobre todo, cuando se consume durante mucho tiempo o bien en grandes cantidades para tratar de conseguir resultados en poco tiempo.
Precisamente, por esta capacidad de absorción, se debe tener igualmente cuidado en su empleo porque interfiere en la asimilación de fármacos. De este modo, no es una buena combinación medicinas y carbón activo.
Y, finalmente, tampoco se ha demostrado que sea efectivo para el riñón. Aunque hay teorías que se escudan en que al riñón llegarían menos deshechos porque el carbón activo las absorbe, lo cierto es que no hay base científica de ello.
Aparato digestivo
Sin embargo, en lo que sí parece que el carbón activo es más beneficioso es en el aparato digestivo porque ayuda a combatir los gases que tanto pueden llegar a abultar el abdomen. No es tampoco una varita mágica, sino que contribuye a solucionar el problema.
No obstante, para conseguir un efecto positivo en este caso, habría que tomar un gramo de carbón activado una media hora antes de la comida, aparte de otro gramo después.
Artículos relacionados: