Un ojo pintado a la perfección con un buen delineador (eyeliner) te proporcionará la sofisticación y el estilo que necesitas sea cual sea tu look. Te aseguramos que vale la pena practicar y practicar hasta que tu técnica sea perfecta. Guarda tu delineador al lado de tu desmaquillante (así te acostumbrarás a utilizar ambos) y cada noche, antes de quitarte el maquillaje, intenta practicar un par de minutos. De esta forma no tendrás que preocuparte por estropear tu aspecto, ya que estás a punto de desmaquillarte de todas maneras.
Además de tener bastante sitio para pintarte, recuerda que un espejo ajustable te ayudará en el proceso. Para empezar, compra un delineador que tenga la punta muy muy fina. Si la punta es demasiado gorda tenderás a salirte más y la línea no quedará tan perfecta. Comienza con la línea de las pestañas superiores. Sitúa el espejo por debajo de la nariz, más o menos, levanta la barbilla y aplica el eyeliner lo más cerca posible de las pestañas de arriba mientras que te estiras un poco la piel hacia afuera.
Debes pintar desde la esquina interna del ojo hacia la esquina externa. Humedece un bastoncillo de algodón con un poco desmaquillante, este te ayudará a corregir la línea que acabas de hacer. Recuerda que debes corregirla antes de que se seque por completo.
Amplia la línea por las esquinas exteriores en diagonal, hacia arriba, pero no te excedas ya que puede que esa forma no te quede demasiado bien. Limpia el delineador después de usarlo u guárdalo en posición vertical.