A la hora de comprar cremas, maquillaje y otros productos para el cuidado de nuestro cutis, una de las dificultades con la que nos encontremos es identificar correctamente nuestro tipo de piel, algo esencial para el cuidado de la misma, ya que sólo podremos lograr que esté adecuadamente cuidada si aplicamos productos específicos para la misma.
Para comprobarlo, sólo tienes que observar tu rostro en el espejo y después ver las características de cada piel, para determinar cuál es la tuya:
– Piel grasa: Este tipo de piel suele presentar brillos debido al exceso de sebo. Al pasar un algodón o una toalla desechable por el rostro seguramente aparecerán restos de grasa, y los poros suelen aparecer dilatados. También es habitual la presencia de puntos negros y espinillas.
Para el cuidado de la piel grasa debes utilizar productos astringentes que te ayuden a regular el exceso de grasa pero sin olvidar la hidratación.
– Piel seca: Es la contraria al tipo anterior. En este tipo de piel el rostro presenta poco brillo, y los poros suelen estar cerrados. También se irrita con facilidad, por lo que aparecen rojeces y signos de irritación con facilidad. También se suele notar reseca y tirante tras utilizar jabones y otros productos limpiadores. Para mantenerla bonita debes utilizar productos hidratantes que la mantengan nutrida e hidratada de forma continua, especialmente si tienes la piel sensible.
– Piel mixta: Como su nombre indica, combina dos elementos de las anteriores, ya que mientras el resto del rostro presenta piel seca, en la zona T, es decir, la nariz, la frente y el mentón la piel es grasa. Esto hace que cuidarla sea un poco más complicado que en los casos anteriores, ya que deberemos utilizar productos que la tonifiquen y la suavicen, al tiempo que la nutran en cada zona según sea necesario.