Los aceites aplicados a la belleza se han puesto muy de moda últimamente por las propiedades que tienen, sobre todo, para hidratar. Los hay específicos para el cabello y también para el cuerpo. Y de estos últimos vamos a hablar hoy para saber cómo hay que utilizarlos y sacarles el máximo partido a sus propiedades.
Los aceites
Lo primero que hay que tener claro es que los aceites pueden utilizarse a cualquier edad, ya que son ideales para hidratar la piel del cuerpo, sobre todo, si se tiene seca. Además, tiene otras ventajas como la reducción de la visibilidad de las estrías y de otros problemas de la piel.
La clave para aprovechar todas estas ventajas está en su uso. Lo mejor es utilizarlo con la piel húmeda tras la ducha o el baño. Tan sólo hay que coger una pequeña cantidad de producto y extenderlo por el cuerpo, comenzando por los tobillos para subir las piernas, el tronco y llegar a los hombros. Hay zonas en las que no hay que aplicarlo como es el rostro, a no ser que sea específico para la cara, y los pies.
Hay que tener en cuenta que la absorción no es rápida. Suele tardar más que una crema hidratante por lo que se deben dejar pasar entre diez o quince minutos antes de vestirse. No obstante, todo depende de cada persona y de la cantidad de producto que hayas utilizado. De este modo, si tocas la piel y ya la notas seca, ya estás lista.
Un truco para conseguir todavía una mayor hidratación es aplicar crema hidratante después del aceite por todo el cuerpo. No es necesario que lo hagas todos los días, porque evidentemente se necesita tiempo, pero por ejemplo es un ritual de belleza ideal para los fines de semana y conseguir también un mayor relax con el masaje.
Los aceites igualmente son muy prácticos cuando se tiene la piel irritada tal y como sucede con la depilación. Con una pequeña capa que apliques notarás la diferencia.