Tener un cuello liso y sin arrugas no siempre es fácil. Además, el mayor uso de dispositivos electrónicos no favorece lucir en perfecto estado esta parte del cuerpo. De hecho, móviles, tabletas u ordenadores son factores que propician la aparición de los llamados anillos de Venus. Un nombre que se corresponde con las arrugas horizontales que aparecen en el cuello. No obstante, son líneas que no solo aparecen por bajar la cabeza ante las pantallas, sino que también están relacionadas con la exposición de la piel de esta parte del cuerpo a la luz azul, que favorece la flacidez y las arrugas. Esto también se conoce como tech nek. Y, ¿qué puede hacerse? Varios son los trucos y tratamientos.
En casa
Cuando estas arrugas son incipientes, en casa se pueden dar una serie de pasos. Lo más fácil es hacer gimnasia facial y aplicar cremas específicas, aparte de emplear masajeadores.
Entre los productos cosméticos más indicados están los que tienen vitamina E y C, así como retinol, ácido hialurónico y péptidos. La clave está en que estos ingredientes tienen efecto tensor y redensificador.
En centros especializados
Aunque sean incipientes, pero sobre todo cuando las arrugas del cuello están muy marcadas, se pueden hacer tratamientos en cabina. Uno de los más efectivos es el que emplea el láser CO2, pero también se pueden obtener buenos resultados con la radiofrecuencia. En ambos casos se logra tensar la piel.
No obstante, hay que ser consciente de que los resultados se aprecian al cabo de varias semanas, ya que es el período en el que el cuerpo vuelve a crear nuevo colágeno.
Cuando los surcos o arrugas son muy evidentes, las infiltraciones de ácido hialurónico, especialmente de alta densidad, son una buena opción porque rellenan suavemente las arrugas y se consigue disimularlas.
La periodicidad de los tratamientos dependerá del estado de la piel y de lo pronunciadas que estén las arrugas en el cuello. En algunas ocasiones, es suficiente con una vez al año.
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