Aunque, en general, el acné puede producirse por causas comunes con independencia de la parte del rostro en la que aparezca, sí es cierto que, en el caso de las mejillas, suele ser habitual que haga su aparición por el tabaco, la polución y contaminación, así como por el uso de cosméticos y de maquillaje que no son los adecuados. Aparte de dejar de utilizarlos, ¿qué puede hacerse? Toma buen nota de estos consejos.
Cremas
En estos casos, lo mejor es utilizar cremas hidratantes que sean seborreguladoras y que incorporen también retinoides, ya que este activo tiene la propiedad de contribuir a reequilibrar la producción de grasa, aparte de destapar el folículo sebáceo.
Además, la limpieza es muy importante. No hay que ser perezosa y hay que limpiar la piel cada noche, aunque no se emplee maquillaje. El producto más idóneo es un limpiador facial reequilibrante, pero con fórmulas suaves porque la piel de las mejillas es muy sensible y también tiende a secarse más.
La exfoliación también debe hacerse, pero hay que tener cuidado y no utilizar las que sean muy intensivas porque con ellas puede producirse un efecto rebote, es decir, que salgan más granos que los que se tienen. Y, a la hora de maquillarse, se recomienda emplear polvos compactos de maquillaje, que sean libres de aceite y no comedogénico, y evitar los coloretes en crema.
Hábitos
Los trucos para cuidar esta zona de la piel y combatir el acné de nada sirven si no se siguen unos hábitos de vida saludables que, muchas veces, pasan desapercibidos. Entre ellos, por ejemplo, está limpiar la pantalla del móvil con frecuencia porque se acumula suciedad y bacterias que pasan a la piel al estar en contacto.
Las fundas de almohada también es importante lavarlas y cambiarlas con frecuencia para evitar igualmente la proliferación de bacterias, que alimentan la aparición del acné en esta zona del rostro.