Las axilas es una de las zonas del cuerpo que tiende a irritarse con mayor frecuencia por el sudor, un uso abusivo de algunos desodorantes o por una mala elección de este producto o bien por la depilación. Sin embargo, no es incompatible que estén siempre perfectas con la suavidad. Tan solo hay que seguir una serie de consejos.
Las claves
Uno de los pasos más importantes que se tienen que dar es la higiene diaria. De este modo, es fundamental lavarlas todos los días con agua y un jabón específico para remover las impurezas, que se eliminen bien los restos de desodorante…
Esta zona es vital que siempre se mantenga bien seca, siendo conveniente utilizar para ello toallas para limpiarla y evitar la humedad y prevenir que proliferen hongos y bacterias.
La exfoliación, aunque suene extraño, es otra de las claves básicas para conseguir que estén suaves. Este proceso es conveniente hacerlo cada 15 días aproximadamente. Su ventaja, además de favorecer la eliminación de las células muertas, está en que se facilita también que el vello no se enquiste.
La elección del desodorante es realmente importante. Es recomendable elegir aquel que tenga un efecto hidratante porque, a su vez, tiene la ventaja de que se ayuda a controlar la transpiración al tiempo que se hidrata la piel. Además, hoy en día, la gama es muy amplia y se pueden encontrar productos que igualmente nutren, aportan vitaminas para regenerar la piel y mantenerla en perfecto estado… Solo hay que observar las necesidades de la dermis, que pueden ir variando, para elegir el más adecuado.
Y cuidado también con la depilación. Para evitar irritaciones por este concepto y que aumente la sensibilidad de la piel, lo mejor es prestar atención al método depilatorio que se elige. Al ser una zona más sensible, no suele ser conveniente, aunque depende del producto, utilizar cremas depilatorias porque algunas contienen productos químicos que pueden generar reacciones en la piel. En el caso de optar por ellas, siempre hay que aplicar las que son específicas para axilas.