Si durante la adolescencia hemos sufrido un acné muy rebelde y nos han quedado cicatrices muy profundas, no tendremos más remedio que acudir a tratamientos de medicina estética para eliminarlas. Pero sin nos han quedado nada más pequeñas marcas rojas una vez que el acné a mejorado, podemos ayudar al proceso de curación normal de la piel, sin necesidad de recurrir a un tratamiento estético.
Eso sí, deberemos tener paciencia ya que tenemos que permitir que la piel siga su ritmo de regeneración natural, por lo que es importante que no nos impacientemos y que seamos constantes para lograr que las cicatrices desaparezcan.
Es esencial, para lograr la desaparición completa de las cicatrices, que utilicemos siempre un protector solar, porque la acción del sol retrasa el proceso regenerador de la piel. Además, de este modo evitaremos que las cicatrices se hiperpigmenten y destaquen más en nuestro rostro.
Tomar zumo de limón también nos va ayudar a eliminar las cicatrices más rápidamente, ya que estimula el proceso regenerador de las células cutáneas, por lo que deberemos beber uno o dos vasos al día, pero sin exceder dicha cantidad.
El aloe vera también es un potente regenerador cutáneo. Si utilizamos el aloe directamente de la planta, debemos lavar bien las hojas antes de extraerlo, para evitar que las impurezas y la suciedad de las mismas nos caigan en la piel, agravando así el problema. Si no, podemos comprar gel de aloe vera. En cualquier caso, lo aplicaremos una vez al día en las cicatrices.
Finalmente, también podemos cortar una raja de tomate y aplicarla diariamente sobre las marcas del acné. El tomate nos ayuda a reducir el sebo producido por esta y actúa como desinfectante, eliminado las bacterias y la suciedad de las lesiones, permitiendo una eliminación más rápida de las cicatrices.