Cuidamos las cutículas, nos damos forma a las uñas y nos las pintamos del color que más nos favorece, todo ello para lograr tener unas manos bellas y fabulosas. Pero todo este esfuerzo muchas veces se echa por tierra cuando nos aparecen esas pielecitas en el nacimiento de las cutículas, o los antiestéticos padrastros, y muchas veces, cuando intentamos solucionarlo, el resultado final es casi peor.
Estas pielecitas son muy comunes en las mujeres que se muerden o mordisquean las uñas, así como cuando no tratamos adecuadamente las cutículas al hacernos la manicura. También, muchas veces por ansiedad o nerviosismo, sin casi darnos cuenta, nos dedicamos a tirar de estos pellejitos hasta que se convierten en padrastros, con lo cual ya no sólo tenemos un problema estético, sino que deberemos cuidarlos para que no deriven en una infección.
Cuando tengamos algunas de estas pielecitas, lo que no debemos hacer nunca es arrancarlos o tirar de las pielecitas con la esperanza de que así desaparezcan. Una vez hayamos hidratado bien las cutículas, cogeremos unas tijeras de manicura o un corta cutículas y, con mucho cuidado, las cortaremos a ras de la piel. Si nos aparecen con mucha frecuencia, deberemos llevar este accesorio con nosotras para eliminarlas casi nada más aparecer.
Lo principal para evitar la aparición de estas pieles, además de intentar no mordernos las uñas, es hidratarnos bien las cutículas, aplicando una crema específica para las mismas. Si las tenemos muy resecas, lo mejor es aplicar un aceite antes de dormir, dando un suave masaje a uñas y cutículas y dejarlo actuar toda la noche, con lo que su aspecto habrá mejorad mucho por la mañana. Si quieres, en lugar de aceite puedes aplicar vaselina o vitamina E, pero deberás hacerlo durante el día.