Los pasos

En primer lugar, es fundamental elegir la exfoliante para las piernas en función del tipo de piel que se tenga. Si se tiene mixta o grasa es mejor un producto de acción mecánica con gránulos, semillas o cristales. En el caso de la piel seca, se aconseja uno de acción química porque se disuelven suavemente.

En su composición es habitual que haya ácidos como el glicólico o encimas naturales como la piña o papaya. No obstante, en aquellas zonas en las que la piel es más gruesa, por ejemplo talones y rodillas, es posible utilizar productos exfoliantes de grano más grueso.

Una vez se tiene ya la exfoliante, el siguiente paso es aplicarlo. Es importante hacer un masaje circular de un par de minutos desde los tobillos a los glúteos y sin ejercer presión para no irritar la piel. Para ello, se puede hacer directamente con las manos o bien utilizar un guante de crin o una esponja vegetal de lufa.

Y, finalmente, hay que hidratar la piel para restaurar su película protectora y evitar la sequedad e irritación. Lo mejor es optar en estos casos por una crema hidratante o un aceite corporal. Estos productos, además, penetran mejor con la piel exfoliada.

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Exfoliar

Uno de los mejores gestos para recuperar la luminosidad de la piel es exfoliarla porque se activa el proceso de regeneración celular y se eliminan las células muertas. La exfoliación debe hacerse una o dos veces por semana.

Es un gesto que, ahora, es mucho más sencillo de hacer porque hay exfoliantes en formato toallita que son más fáciles y rápidos de aplicar aunque, si dispones de más tiempo, puedes optar por las exfoliantes tradicionales con las que igualmente se consiguen buenos resultados.

A continuación, como la piel estará mucho más receptiva, es un buen momento para hacerse una mascarilla específica de efecto lifting o de acción antifatiga, según las necesidades de tu piel. No obstante, al exfoliar dos veces por semana, puedes ir alternando la mascarilla.

Cremas

Además de utilizar un sérum o una crema por la mañana de tratamiento, no hay que olvidarse de que también es necesario aplicar este tipo de productos por la noche. En este caso, siempre se tienen que elegir aquellas cremas de noche con retinol.

Este componente es uno de los mejores agentes antiedad, además de estimular las funciones del colágeno y de la elastina, que se encargan de aportar más firmeza a la dermis.

Esto hace que la piel parezca más perfecta porque se observa un cutis más liso y terso y también con mayores dosis de luminosidad.

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Tipos de cepillo de cerdas

En las diferentes tiendas, podemos encontrar varios tipos de cepillos de cerdas. Lo importante es fijarse en varios aspectos como la composición de las cerdas. Y es que es clave que sean naturales.

Además, se tiene que prestar atención también a su dureza. Y aquí dependerá de cómo se vaya a realizar la exfoliación. Es decir, si vas a exfoliar la piel en seco, necesitarás un cepillo de cerdas de dureza suave, mientras que si lo vas a utilizar en la ducha o en el baño con la piel húmeda, lo mejor es que utilices uno de dureza media.

Consejos de utilización

Para exfoliar bien la piel con el cepillo de cerdas, es importante hacerlo adecuadamente. De esta manera, siempre se tiene que comenzar por los tobillos y realizando un masaje en círculos y con movimientos ascendentes.

El cepillo de cerdas siempre tiene que estar impregnado en agua, jabón o un producto exfoliante. Además, una vez terminado todo el proceso, es importante que se aclare bien toda la piel y secarla a pequeños golpecitos con una toalla de algodón.

La piel no debe dejarse nunca totalmente seca, sino que es conveniente que esté un poco húmeda para que la crema hidratante que se pone después penetre sin problemas.

Ventajas

Este sistema de exfoliación tiene una serie de ventajas frente a otros métodos. Lo principal es que no conlleva ningún tipo de dolor ni tampoco se enrojece la piel o genera irritación.

Además, gracias al masaje que se realiza movimientos circulares y ascendentes, se mejora la circulación y también se incide en la celulitis consiguiendo mejorar el aspecto de la piel.

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Mejoras en el organismo

La exfoliación en seco tiene una serie de ventajas en comparación a cuando este proceso se realiza con la piel húmeda. Y es que el masaje es más directo sobre la piel, lo que redunda en beneficios para el organismo.

Por ejemplo, se ha comprobado que así se activa más la circulación de la sangre, siendo por lo tanto una buena opción para las mujeres que tienen problemas circulatorios porque lograrán activar más el torrente sanguíneo.

Las mejoras igualmente se aprecian en el sistema linfático, de manera que se ayuda a eliminar los desechos celulares y toxinas, que se tienden a acumular en el cuerpo si no se realiza la exfoliación. Al hacerla en seco, se nota una mayor efectividad.

Además, también se ha comprobado que se produce una mejora de la digestión y de la función renal porque la limpieza, aunque sea a través de la piel, contribuye a que los órganos del cuerpo funcionen mejor.

Belleza

Todos estos beneficios redundan en sentirse mejor y en que la persona note un mayor bienestar. Pero también se percibe que la piel está mucho mejor. Y, sobre todo, hay un efecto que es especialmente importante.

Y es que se mejora notablemente la celulitis porque así se consigue ablandar más los depósitos de las grasas localizadas en el organismo, siendo más fácil tanto evitar la aparición de la celulitis como su eliminación.

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Exfoliar la piel

Siempre antes de comenzar a tomar el sol es conveniente hacer una exfoliación para eliminar todas las células muertas y que el bronceado sea uniforme por toda la piel, sin que aparezcan manchas o zonas más oscuras y otras más claras.

En el caso de que hayas vuelto ya de vacaciones, también es conveniente hacer una exfoliación, que debe ser suave para ir retirando todas las células muertas que, si no se eliminan, hará que también parezca que te has bronceado a corros conforme vaya desapareciendo el tono dorado de la piel.

Exposición

Otro de los trucos está en cómo se toma el sol. La máxima a seguir en este caso es hacer un menor tiempo de exposición solar, pero con mayor asiduidad. Es decir, que hay que tomar el sol con más frecuencia, pero durante menos tiempo. Esta clave también es de utilidad para mantener el bronceado a la vuelta de las vacaciones con baños de sol en la piscina.

Además, con este consejo es más fácil evitar la exposición solar en las horas de mayor intensidad de los rayos solares, lo que a su vez dificulta que te puedas quemar la piel.

Protectores

Las cremas solares naturales y ecológicas son de gran utilidad porque, con su uso tanto antes como después de la exposición solar, se nota que la piel se dora y se va bronceando. Aparte, está bien hidratada y está suave al tacto.

Alimentación

Y, como siempre que se habla de consejos, es imposible no incluir la alimentación. En este caso, también hay relación directa entre lo que se come y la duración del bronceado. Para prolongarlo y mantenerlo durante más tiempo, es bueno tomar alimentos que son ricos en betacarotenos porque hace que la piel parezca más dorada. El producto que mayor nivel tiene en su composición es la zanahoria. Tomarla antes de exponerse al sol también ayudará a ponerse más moreno.

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Productos

A la hora de elegir productos es habitual cometer algún fallo. El más común es no elegir el más adecuado a las necesidades de la piel. De hecho, no siempre hay que orientarse por la edad de la persona, sino que hay que fijarse bien en el estado del cutis para hacer la elección.

También es frecuente que, cuando se tiene la piel seca, solo se empleen cremas hidratantes. Es un gran error. Lo ideal es emplear un sérum con vitamina C y porteoglicanos y cremas con mayor contenido en grasa como la manteca de karité.

Cuidados

A la hora de proporcionar cuidados a la piel igualmente hay fallos. El más habitual es no limpiar la piel cada noche cuando no se ha maquillado o solo utilizar el desmaquillante tras el que siempre hay que aplicar sobre la dermis el tónico. Una buena opción es el agua micelar.

Tampoco es bueno lavarse la cara con agua demasiado caliente porque se deshidrata la piel, siendo lo recomendable que tenga una temperatura tibia. También es conveniente emplear agua termal porque retira los restos de cloro y cal que secan el cutis.

Con las toallas hay que tener cuidado porque no es conveniente que se emplee la misma para el rostro y las manos, sobre todo, si se tiene una piel sensible o se es propensa al acné porque las manos están más expuestas a gérmenes.

Con la exfoliación también hay que ser cautos. Nunca debe hacerse más de una vez a la semana con un cutis normal y de una vez cada 15 días en el caso de las pieles sensibles. Para las pieles grasas, es posible exfoliar la piel hasta dos veces por semana.

Y, finalmente, no hay que emplear jabones con efecto secante porque favorecen la aparición de rojeces cuando se tienen problemas de acné. Es más adecuado el uso de jabones suaves sin detergente, aceite limpiador o crema lavante.

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Los consejos

En primer lugar, al hacer la exfoliación, no hay que olvidarse de que se tiene que limpiar bien la piel del rostro con el fin de dejarla totalmente libre de posibles restos de maquillaje o bien de otras cremas para que la exfoliante pueda hacer todo su efecto.

El siguiente paso es utilizar la crema o gel exfoliante, con independencia de que los hayas comprado o bien sean elaborados en casa con productos naturales. En cualquier caso, la piel no debe estar totalmente seca antes de su aplicación, sino un poco húmeda para que se pueda extender mejor.

La aplicación debe hacerse con un pequeño masaje sobre el rostro. El movimiento es aconsejable que sea en pequeños círculos, sin olvidarse de que debe hacerse de forma suave. No es conveniente aplicar demasiada presión ni fuerza para que la piel no se ponga roja y se irrite. Mucho cuidado con no acercarse demasiado a la zona de los ojos porque no es recomendable utilizar estos cosméticos en esta parte de la cara.

Posteriormente, la crema o producto exfoliante se debe retirar siempre con agua fría. El motivo no es otro que conseguir que los poros de la piel se cierren y que, en consecuencia, la dermis luzca mejor.

Y, finalmente, tras todo este proceso, hay que aplicar una mascarilla facial o bien la crema hidratante o de tratamiento habitual que se emplea todos los días porque la piel está más preparada para absorberla rápidamente y aprovechar también más todas sus propiedades.

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Los consejos

Uno de los errores más habituales al cuidar la piel es abusar de la exfoliación, pensando que se va a tener un mejor aspecto al eliminar todas las células muertas. No es así. Cierto es que es importante limpiar el rostro y exfoliar la dermis para que se regenere pero, si se hace demasiado, se crea el efecto contrario, ya que se elimina la capa lipídica que protege la piel, quedando más expuesta y más sensible a agentes externos y vulnerabilidades.

Muchas personas tras una larga jornada laboral buscan en la ducha o en el baño la relajación. Además de tener cuidado con el tiempo que se está dentro de la bañera o bajo el chorro del agua, se debe vigilar bien la temperatura para no estar demasiado tiempo en agua caliente porque se dañan las defensas de la piel. Lo mejor es agua tibia durante poco tiempo y acabar con chorros de agua fría para cerrar los poros. Este consejo igualmente tiene que aplicarse al lavar la cara. En este caso, no hay que abusar ni del agua demasiado caliente ni del agua demasiado fría para evitar irritaciones.

Otro error muy común es no proteger la piel del sol. Muchas personas solo usan protectores solares cuando se exponen directamente a los rayos solares en la piscina, playa… No hay que olvidarse de que afectan también cuando se va por la calle y en el día a día por lo que todas las cremas deben incluir protección solar o bien aplicarlo igualmente. Además, gracias a la evolución de la cosmética, ahora hay productos de protección solar pensados para las ciudades.

No hay que olvidarse tampoco de que la alimentación tiene una relación directa con el estado de la piel. Su gran enemigo es el azúcar, sobre todo, cuando se abusa. La clave está en que daña el colágeno y la elastina de la dermis. De este modo, solo se consigue facilitar la aparición de las arrugas y que la piel pierda firmeza.

Y, finalmente, hay que desterrar la idea de que dormir poco no tiene efectos negativos sobre la dermis. La noche es un perfecto aliado para regenerar la piel por lo que reducir las horas de sueño solo conlleva que pase a tener un tono apagado y amarillento, además de apreciarse los signos de cansancio y fatiga.

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Características

Y uno de los síntomas del paso del tiempo en las manos es la aparición de manchas, problema en el que hoy nos vamos a centrar porque es difícil de erradicar. La prevención, como siempre, es el mejor aliado en belleza por lo que se precisa cuidar las manos todos los días.

Entre los cuidados básicos para prevenir la aparición de manchas está el uso de cremas hidratantes, antiarrugas… según la necesidad, que sean específicas para esta parte del cuerpo y que, además, tengan factor de protección solar. De este modo, se evitan todos los efectos nocivos del sol, cuyos rayos son la principal causa de las manchas. Como mínimo, hay que elegir productos que tengan un factor de protección solar del 30. La recomendación es utilizarla a diario, sobre todo, cuando se está en exteriores, aunque sea invierno. Y, como el resto de solares, hay que irla aplicando para reponer el filtro a lo largo del día.

Otro consejo útil es la exfoliación, que debe hacerse una vez a la semana. De este modo, se retiran las células muertas de la piel y se facilita su regeneración, además de atenuar la visibilidad de las manchas. Para este ritual de belleza, no precisas de una crema específica, se puede utilizar sin problemas la exfoliante facial.

Y, por supuesto, es conveniente utilizar cremas despigmentantes para eliminar las capas de la piel y evitar la agrupación de melanina. Un producto que tiene que aplicarse todos los días para que sea efectivo, incidiendo sobre todo en su uso cuando se empiece a notar la más mínima expresión de manchas.

En aquellos casos en los que ya han aparecido, mientras se eliminan se puede utilizar maquillaje para disimularlas, aunque si el problema es importante, no queda más remedio que recurrir a tratamientos para su eliminación. El láser es el más empleado, así como la dermoabrasión y la exfoliación química.

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Los consejos

El problema de la piel del cuello es que en esta zona hay menos glándulas sebáceas por lo que es habitual que se reseque más y sea preciso incidir en la hidratación, además de en tratamientos reafirmantes y antiarrugas para evitar su aparición y que la dermis se descuelgue.

Para ello, principalmente, hay que atacar cuatro frentes. El primero de ellos es desmaquillar. Sí, como la cara. Habitualmente, es un gesto que no se hace, pero es importante realizarlo todos los días al igual que el rostro y los ojos.

La exfoliación es otra de las claves para que esté en perfecto estado. Como con la cara, lo más recomendable es realizar este proceso una vez a la semana para limpiar bien la zona de las células muertas y se aporte más luminosidad y tersura a esta zona. La aplicación en este caso, debe hacerse en pequeños círculos, sin apretar demasiado, desde el pecho en dirección ascendente hasta la barbilla.

Y, por supuesto, no puede faltar la hidratación. Es fundamental y bajo ningún concepto debe olvidarse aplicar crema hidratante todos los días. La pauta aquí es como el rostro, una loción para el día y otra por la noche para ayudar a su regeneración mientas se duerme. Se puede utilizar la misma que se emplea para la cara, aunque también hay productos para esta zona, que atacan sus principales problemas de una manera más específica.

Finalmente, otra de las claves son los masajes para evitar la flacidez. Aunque muchas veces no se dispone de tiempo, hay que sacarlo como sea para quererse más y cuidarse una misma. Además, hay ejercicios muy fáciles, que puedes hacer mientras ves la tele en el sofá.

Por ejemplo, coge la palma de la mano extendida para ponerla debajo de la zona de la barbilla y realizar un pequeño masaje y presiones para activar la circulación de esta parte porque es donde habitualmente aparece la papada. También puedes hacer pequeños círculos como cuando se aplica la exfoliante. Son solo unos minutos. No lleva más tiempo por lo que no existen excusas para lucir un cuello 10.

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Las claves

Todos estos motivos son más que suficientes para tomar mayor conciencia de la importancia de la exfoliación a lo que se suma que la piel está más limpia, se contribuye a oxigenar las células, ayuda a prevenir el envejecimiento y activa la circulación en la zona.

Son beneficios que se pueden conseguir en poco tiempo porque solo se tiene que aplicar un solo producto: el ácido, la crema o gel exfoliante para rostro o para el cuerpo. Además, tampoco se precisa mucho tiempo –lo mejor es hacerlo en la ducha– ni hacer el ritual todos los días, aunque la periodicidad oscila según el tipo de piel que se tenga. En el caso de las más sensibles o secas, lo recomendable es hacer una exfoliación cada quince días, mientras que las pieles normales se pueden exfoliar una vez a la semana y las grasas deben utilizar este tipo de productos entre una o dos veces a la semana.

La aplicación es muy sencilla, teniendo que extender el producto por la zona con la piel previamente húmeda para que el poro esté más abierto. Además, se tiene que aplicar dando un ligero masaje en la zona, poniendo especial énfasis en las zonas más secas como, por ejemplo, los codos, rodillas o talones. En el rostro, basta con hacer un ligero masaje mejor en círculos. Luego, solo hay que retirar la exfoliante con abundante agua y, tras secarse de la ducha, dar una buena crema hidratante.

El proceso, por lo tanto, es sencillo. No obstante, elegir bien entre la amplia oferta de cosméticos que hay en este segmento es importante para conseguir unos buenos resultados. Una opción son las que tienen gránulos y que vienen en formato de crema o gel que son más adecuadas para limpiar y desincrustar impurezas, teniendo que extenderlas hasta que las partículas que incorporan desaparecen. Estas no son muy recomendables para pieles sensibles porque son más irritantes, aunque también hay firmas que las ofrecen específicas para este tipo de dermis y que suelen tener el gránulo más fino.

La otra alternativa son los ácidos que contienen productos químicos como la urea o los alfa hidroxiácidos, cuyo funcionamiento es distinto porque disuelven las células muertas. Las ventajas de estas son que realizan una limpieza más profunda y son indicadas para todo tipo de cutis.

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Exfoliación excesiva y exposición al sol

Exfoliar la piel en exceso puede producir la eliminación de la capa superficial de la epidermis, que sirve principalmente como barrera protectora para la piel. Una vez que esta capa se ha eliminado, la piel se vuelve mucho más vulnerable al sol, produciéndose así quemaduras solares, arrugas, etc.

Consejo
1. Exfoliar la piel por la noche, ya que hasta que se vea expuesta a l sol tiene muchas horas por delante para su “reparación”.
2. Usar, al menos, un protector solar 15 durante el día. Si sabemos exactamente qué día vamos a tomar el sol exfoliaremos la piel por última vez 48 horas antes.
3. Si finalmente nos quemamos la cara evitaremos exfoliar durante al menos 3-4 días y evitaremos tomar más sol.

Exfoliar demasiado fuerte

A veces realizamos la exfoliación de nuestro rostro demasiado fuerte o con productos nada recomendables que nos pueden producir pequeños desgarros o roturas de pequeños vasos sanguíneos.

Consejo
1. Realizar la exfoliación de la piel formando círculos con una presión suave. Antes de distribuir el exfoliante humedeceremos las puntas de los dedos para que no tengamos que hacer tanta presión sobre la piel
2. Compraremos productos fabricados con suaves granos. Consultar con el vendedor el más apropiado.

Más grasa en la piel

El exceso de exfoliante elimina los aceites beneficiosos de la piel, haciendo que los poros segregan más aceite y haciendo que nazcan más granos en el rostro.

Consejo
1. Usar un tratamiento que contenga ácido salicílico realizado específicamente para este tipo de acné.

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