Cuidados clave

El acné en la zona de la nariz es bastante habitual porque es una de las áreas en las que más glándulas sebáceas se concentran. Un motivo por el que es muy importante extremar las precauciones y los cuidados en esta zona. Dentro de ellos, la limpieza es fundamental con el fin de regular y evitar la concentración de un exceso de grasa en esta área, así como para prevenir la infección de los conocidos como puntos negros.

La limpieza debe hacerse en profundidad con jabones de azufre. Además, no se debe olvidar la exfoliación, siendo las más aconsejables aquellas que incorporan ácido glicólico. También son buenos para esta zona de la piel todos aquellos productos que contengan fórmulas con ácido salicílico, así como lo sticks desecantes.

Las mascarillas de arcilla verde o de carbón son igualmente beneficiosas, teniendo que aplicarlas en la conocida zona “T”. Sus ventajas se centran en que ayudan a mantener la piel limpia al absorber las impurezas y el sebo acumulado.

Estrés y alimentación

Además de los cuidados básicos que ya hemos comentado, también es muy importante que la persona no esté sometida a tensiones y tenga bajo control el estrés. Y es que la tensión emocional estimula las glándulas sebáceas, contribuyendo a la aparición del acné. Las infusiones de rooibos o tila ayudan a mantener los nervios a raya.

También es importante controlar lo que se come. Entre los mejores alimentos están todos aquellos que contienen zinc y selenio, que se encuentra en el pan de centeno, legumbres o frutos secos, entre otros.

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Los trucos

Una de las claves para estar más bella y sentirse mejor al mirarse al espejo es verse más joven. Y, para ello, la elección de la base de maquillaje es fundamental. La máxima a seguir es optar por tonos que no sean muy oscuros, puesto que estos tonos tan subidos endurecen los rasgos y aportan más años de los que se tienen. Sin embargo, una base más clara o de un tono medio siempre sienta mucho mejor.

Tener una nariz más fina también es una de las grandes señales de belleza. Para conseguirlo sin pasar por el quirófano, un buen truco es utilizar un poco de base de maquillaje más oscura en los laterales y una más clara en la zona del puente en la que hay que poner a su vez un poco de iluminador. El resultado es un efecto óptico en el que la nariz se ve menos gruesa.

Las ojeras son otro de los principales problemas de muchas mujeres. Además de los remedios habituales (cremas anteojeras, antifaces, parches…), otro buen truco es destacar los labios para que el centro de las miradas vaya a esta parte del rostro. Lo mejor es utilizar los carmines en rojo o fucsia, aunque si se tienen los labios muy finos, no deben ser estridentes.

Y, finalmente, una boca sensual también hace que la mujer se vea más atractiva. Para conseguirla, hay que aumentar el volumen de los labios para lo que se tienen que aplicar labiales no muy oscuros, es decir, quedan eliminados los rojo-negro, los ciruelas… Además, no hay que olvidarse de una buena capa de brillo.

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Los trucos

Una nariz grande puede disimularse con la ayuda del maquillaje. Uno de los trucos más habituales es aplicar iluminador, producto que tiene que ponerse en la zona del caballete, es decir, desde el entrecejo hasta la punta de la nariz porque así parece que sea más corta.

Además, también hay que poner polvos de sol, polvos compactos o bien un producto similar, pero que sea de un tono más oscuro que el de la piel o el de la base que hayas empleado. La aplicación aquí se centra en los laterales de la nariz para que queden más oscuros y, por lo tanto, la nariz parezca más fina.

Otro pequeño truco se centra en maquillar los ojos de una determinada manera para que parezcan que están más separados y así se cree la sensación de que la nariz es más pequeña.

Para conseguirlo, tan solo hay que poner sombras de ojos más claras en la parte del lagrimal y los tonos más oscuros en el resto del párpado conforme se va hacia el exterior del ojo. Es necesario que esta sombra menos clara se difumine bien con la ayuda de un pincel, llegando incluso hacia las sienes.

Luego, tienes que trazar una raya con un lápiz de ojos, menor que no sea eyeliner, desde la mitad del párpado hacia fuera todo lo que puedas pero sin llevar un rabillo excesivo y ni que se vea claramente. Para finalizar, hay que emplear máscara de pestañas, teniendo que incidir en las superiores para darles más volumen y protagonismo dentro del rostro.

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Ahora, sin embargo, existe una alternativa que nos va a permitir cambiar la forma de nuestra nariz sin pasar por el quirófano, a través de la rinomodelación, un tipo de rinoplastia que se realiza mediante la inyección de implantes y sin necesidad de realizar ningún tipo de cirugía.

El procedimiento es muy sencillo, y tan sólo se utilizar una pequeña dosis de anestesia local para evitar que se noten los pinchazos cuando se inyecta el relleno. Estos se inyectan en determinados puntos de la nariz y gracias a ellos se pueden suavizar los ángulos de la nariz, rellenar huecos o cambiar la orientación de la punta de la nariz, con lo que se logra como resultando final una nariz más simétrica y, con ello, un rostro más armónico y proporcionado.

Dependiendo del producto que nos inyectemos (que dependerá sobre todo del presupuesto que tengamos) los resultados nos podrán durar entre seis meses y dos años. A partir de entonces, deberemos volver cada año a la clínica para que nos realicen pequeños retoques que nos ayuden a mantener la forma de la nariz conseguida.

El postoperatorio es sencillo, ya que se limita a tomar antibióticos para evitar que se infecten los pinchazos y a llevar una cinta adhesiva sobre la nariz hasta que el implante se haya fijado por completo.

El coste de esta operación en España puede variar entre los 200 y los 400 euros. Como en cualquier retoque estético que nos realicemos, es esencial contar con una clínica y unos profesionales que nos ofrezcan todas las garantías.

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Si nos fijamos, es fácil ver en nuestra nariz cómo se acumulan los puntos negros, sobre todo en las aletas, y, es habitual que la piel de esta zona esté brillante debido al acúmulo de grasa, lo que puede ser un problema a la hora de maquillarnos.

La única solución a este problema es prestar una gran atención a la piel de la nariz cuando nos limpiamos la cara o nos desmaquillamos, sobre todo a los bordes de la misma, higiene que deberemos realizar dos veces al día, especialmente si tenemos el cutis graso.

Para eliminar los puntos negros, no debemos intentarlo con los dedos. Es mucho más aconsejable exfoliar regularmente la piel de la nariz, para así eliminar las células muertas y la suciedad acumulada en la misma. Poco a poco, observaremos cómo se cierran los poros y la piel de nuestra nariz aparece más uniforme y menos brillante. Lo mejor es utilizar una mascarilla exfoliante a base de arcilla, que además de purificar la zona, eliminará las bacterias que se acumulan en los poros. Cuando la exfolies, masajea suavemente la piel de la nariz para mientras te aplicas la mascarilla, para lograr activar la circulación y así reoxigenar la piel.

Es habitual también que la piel de la nariz se vuelva roja, sobre todo en la zona del tabique o de las aletas. Para disimularla, lo mejor es aplicar una base de maquillaje un tono más oscuro que el de la piel del rostro.

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Esto resulta muy efectivo si, por ejemplo, tenemos una nariz que nos resulta demasiado ancha y nos gustaría afinarla un poco. Si éste es tu caso, aquí te mostramos cómo hacerlo.

Lograrlo es más fácil de lo que parece a primera vista, ya que sólo vamos a tener que jugar con los tonos claros y oscuros de maquillaje. Con los oscuros vamos a darle profundidad al rostro y con los claros volumen, logrando así modificar la forma de nuestra nariz. Para lograr este juego de luces y sombras sólo vamos a necesitar dos tonos de correcto o de maquillaje, según prefieras, uno más claro y otro más oscuro. Al principio puede que te resulte más sencillo utilizar el corrector en lugar de el maquillaje, pero la decisión depende sobre todo de tu habilidad.

Lo mejor es que el tono claro sea el que utilizas habitualmente y utilices otro un poco más oscuro, pero teniendo cuidado de que la diferencia entre ambos tonos no sea muy marcada, ya que en ese caso no lograrías el efecto que realmente buscas.

Después de aplicar la base de maquillaje por todo el rostro, coge el corrector más oscuro y, con un pincel, aplícalo desde la ceja, bajando por cada lado de la nariz hasta las aletas. Hazlo en ambos lados y después aplica el corrector más claro en el puente de tu nariz.

Para terminar, sólo tienes que difuminar los tonos utilizando una esponjilla, para que la diferencia no sea demasiado visible y ya habrás conseguido afinar tu nariz.

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Esto se logra mediante una intervención que consiste en implantar materiales de relleno en diferentes puntos de la nariz, lo que permite, sin necesidad de cirugía, modificar el perfil del paciente. Sólo es necesaria anestesia local y, tras tres minutos, conseguiremos un cambio visible en nuestra fisonomía.

El proceso comienza aplicando una pomada anestésica en la zona a tratar y, cuando ha hecho efecto, se infiltran los materiales que sirven para ir dando una forma nueva a la nariz. Para que sea efectivo, las infiltraciones se realizan en los lugares que más definen el contorno de nuestra nariz, como la punta o la parte superior de la misma. Mediante las infiltraciones se rellenan pequeños huecos, se cambia el ángulo de la punta de la nariz o se suavizan ángulos.

Puede que sea necesario recibir varias sesiones de tratamiento antes de conseguir el resultado esperado, con la ventaja de que podemos seguir nuestra rutina habitual inmediatamente después de cada sesión. Lo único que no se puede lograr con esta técnica es cambiar el tamaño de la nariz, en ese caso aún debemos acudir a la rinoplastia, pero si quieres tener una nariz más armoniosa sin necesidad de pasar por el quirófano.

Aunque la técnica es muy sencilla, no olvides que, como en todo tratamiento estético debes ponerte en manos de profesionales cualificados para recibir el tratamiento con todas las garantías.

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Si tienes el caballete pronunciado o la nariz aguileña, lo mejor que puedes hacer es no resaltarla al pintarte. Tendrás que aplicarte un fondo de maquillaje o un corrector en tono oscuro justo en el caballete y también en la punta de la nariz.

El resto del rostro hay que maquillarlo con un tono más claro que el anterior. Lo tendrás que difuminar bien hacia los extremos para que el resultado sea lo más natural posible. Eso sí, no te maquilles mucho los pómulos porque un exceso de colorete puede poner a tu nariz al descubierto.

Lo que sí debes hacer es destacar tus ojos con sombras oscuras y llamativas y tus los labios con carmines de colores o brillo. De esta forma conseguirás que cuando te miren a la cara no se fijen tanto en esa nariz que inexplicablemente te preocupa.

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