Ojos

Para no ponerse más años encima cuando ya se tienen 40 años o más, es importante no maquillar los ojos aplicando el rimel en las pestañas inferiores. Este gesto, que es muy habitual, crea un efecto muñeca que no es favorecedor, además de marcar más las arrugas de esta zona.

Siempre lo mejor es optar por maquillar solo las pestañas superiores y, en la medida que se pueda, en color marrón porque el negro es demasiado fuerte. También es de ayuda emplear un rizador porque unas pestañas curvadas son sinónimo de juventud.

Las cejas tampoco es bueno llevarlas demasiado finas porque, aparte de no ser favorecedoras, hacen más pobre la mirada. Es preferible llevarlas más pobladas, pero sin olvidar de lucirlas bien depiladas, definidas y peinadas.

Labios

Los labios son otra de las zonas del rostro en la que se cometen muchos errores. Por ejemplo, es conveniente evitar perfilar los labios por fuera del contorno porque quedan poco naturales.

El perfilador debe usarse para que la barra de labios no se desplace hacia los surcos y arruguitas, siendo imprescindible que el lápiz y el labial sean del mismo tono para disimular y conseguir un efecto más natural.

También se parece mayor si se llevan los labios pintados de rojo mate, color que aparte hace los labios más finos y contribuye a marcar más las arrugas. Si el rojo es el tono favorito, la clave está en optar por texturas muy hidratantes y ligeramente satinadas, aunque siempre es mejor maquillar en color coral o rosa.

Y, por supuesto, no hay que caer en el error de destacar ojos y labios a la vez. Los labios rojos no deben combinarse con ojos muy marcados. Es una combinación solo apta para las mujeres más jóvenes, que pueden permitirse o bien quieren parecer más mayores.

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Los tipos de cepillos de rimel

Los cepillos de las máscaras de pestañas son diversos, aunque se puede hablar principalmente de cinco tipos. Uno de los más habituales es el conocido como “cónico” por su forma de cono. Su principal función es la de abrir la mirada porque aporta un extra de curvatura, sobre todo, a las pestañas externas.

Otro de los más comunes, y quizá el más tradicional, es el cepillo llamado “recto”, que es además bastante tupido. En este caso, su papel se basa en aportar a las pestañas un mayor volumen, aparte de contribuir a engrosarlas.

Dentro de los cepillos, igualmente, está el “curvo”. Este cepillo indica que la máscara de pestañas está más indicada para levantarlas y rizarlas, llegando incluso a conseguir un efecto tipo lifting en cada una de ellas.

Por supuesto, también hay que hablar dentro de este listado del cepillo de máscara de pestañas que es largo y con cerdas cortas. Este tipo es más adecuado para separarlas bien, así como para estirarlas para que queden más largas.

Y, finalmente, dentro de este listado de cinco cepillos de rimel, está el conocido como “twist”, que tiene forma de espiral. En este caso, su principal función es la de realzar las pestañas largas, mientras que también engrosa aquellas que son más cortas.

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El error

Antes de comentar los consejos, es importante conocer el error que vamos a subsanar con los trucos que vamos a aportar en el siguiente apartado. El maquillaje nude se ve como menos favorecedor en verano porque se tiende a utilizar una misma paleta de colores.

Esto hace que el rostro, todos sus rasgos, los ojos y la boca tengan un mismo color beige, que lleva a que se vea la cara apagada e, incluso, con un cierto aspecto cansado. Todo esto tiene solución. La clave está en jugar con los volúmenes y con unos puntos de luz.

Los trucos

Para evitar ese efecto no deseado del maquillaje nude, uno de los mejores trucos de maquillaje es utilizar un poco de sombra de ojos, iluminador y máscara de pestañas en los ojos, pero de forma discreta.

Una buena opción es emplear sombras irisadas y con discretos reflejos dorados porque se consigue iluminar la mirada. Además, con el rimel, el rostro parece mucho más despierto.

En lugar de utilizar el negro, sobre todo el negro carbón, es mejor optar por tonos más naturales como el marrón e, incluso, el rimel transparente para simplemente ensalzar las pestañas.

Otro buen truco es utilizar colorete natural e iluminador en los pómulos para marcar su volumen, lo que dará a su vez un aspecto mucho más juvenil.

Y, finalmente, hay que trabajar los labios. En este caso, se debe huir de los labiales nude porque restarán luminosidad al rostro, aunque se hayan puesto en práctica los trucos anteriores.

Es mejor utilizar tonos claros que no sean nude y de un tono que nos favorezca como los rosados o los melocotón. Muchas veces estos colores parecen nude, pero realmente no lo son.

Para su elección, siempre debes guiarte por no maquillar los labios con los tonos que sean más claros que la piel que rodea la boca ni los subtonos. La referencia para una buena elección es el centro de la boca.

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Ojos

Uno de los principales problemas de llevar gafas son las ojeras porque tienden a aumentar. Esto hace que sea necesario utilizar el corrector, teniendo que elegir los que son de tono anaranjado si la ojera es de color morada. Si la ojera es amarillenta, es mejor optar por el tono lila.

El rimel es un producto de maquillaje que suele generar incertidumbre sobre la conveniencia o no de su uso cuando se lleva gafas. No hay que temerle. Se puede utilizar sin problemas.

La máxima a seguir en este caso es utilizar una máscara que no aporte demasiado volumen a las pestañas. Es recomendable lucirlas de forma discreta y no alargarlas demasiado para que no topen con el cristal.

Cejas

Es otra de las zonas más problemáticas de maquillar cuando se llevan gafas. Lo primero que hay que tener en cuenta es su forma. Es conveniente que haya simetría entre las gafas y las cejas.

Si la montura es redonda, lo mejor es que el arco final de la ceja sea curvo. Si por el contrario la montura es recta, en este caso se deberá optar por unas cejas también rectas para que queden cubiertas por las gafas. Y, ¿qué sucede cuando las gafas tienen forma de mariposa? La solución está en depilar las cejas en forma triangular y elevarlas por el centro.

No obstante, si las gafas son de pasta o de montura muy gruesa, es importante no destacar las cejas porque se crea un efecto poco bello al parecer que se lleva como una especie de doble montura.

Labios

Cuando se llevan gafas, también hay que prestar atención a los labios porque la elección del color debe ir en sintonía con la montura que se lleve. Así, con gafas marrones o doradas, lo mejor es optar por tonos cálidos como los rojos anaranjados, los nude o gama beige. Con las gafas negras o plateadas, quedan mejor los tonos ríos como el rojo fresa o el rosa.

Pómulos

Y, ¿qué hacer con los pómulos? Como las propias gafas los destacan, lo mejor es aplicar un poco de colorete de forma muy sutil para no concentrar la atención en este punto del rostro. Además, es conveniente poner luego un poco de iluminador en la zona.

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Colores

Además del tradicional negro, la máscara de pestañas Le Volume Revolution de Chanel, se lanza en cuatro colores más entre los que destacan el verde, malva, azul y gris, algunos de los cuales son de edición limitada.

La máscara

Y con cualquiera de esos colores se consigue ese volumen extremo, que se logra en gran parte gracias a ese cepillo impreso en 3D, que ha sido patentado por Chanel. Y es que esta tecnología ha permitido que el cepillo sea totalmente revolucionario.

Y, ¿por qué? Muy fácil. Tiene una estructura alveolada, lo que facilita que el cepillo se impregne solo con la cantidad de dosis de máscara necesaria. Además, por la composición del material con el que está fabricado, el rimel se libera desde su primera aplicación.

De esta manera, en tan solo un gesto, se consigue que las pestañas luzcan un volumen extremo inmediato, pero sin excesos. Además, la aplicación es muy sencilla, puesto que solo hay que extender el cepillo desde la raíz a las puntas de las pestañas, haciendo un delicado movimiento en zigzag.

Composición

Este nuevo rimel también destaca por la composición, ya que está formado por una combinación de ceras de arroz y abeja, así como por una fórmula suave que cubre y aporta densidad a las pestañas.

Con la ayuda de un polímero filmogénico, se fija el volumen extremo hasta que llegue el momento de desmaquillar y de retirar el rimel. Todo ello se complementa con una provitamina, que refuerza las pestañas con cada aplicación. Y otra ventaja más: es compatible con las lentillas.

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Cepillado

Normalmente, siempre nos acordamos de las pestañas cuando tenemos que maquillarlas. Y esto es un error. Cada día, hay que proporcionarle una serie de cuidados. El más importante es hacer un cepillado con un cepillo que sea específico para ellas.

Además, tras el cepillado es conveniente aplicar un poquito de aceite de ricino o una crema fortalecedora específica para pestañas. De esta manera, se favorece su crecimiento y se evita que se vayan debilitando con el paso de los años.

Color

Aunque es importante no abusar del color ni de maquillarlas, lo cierto es que hoy en día hay máscaras de pestañas que son un buen tratamiento para fortalecerlas.

Además, también pueden teñirse para que tengan un color más intenso y sean más gruesas. Normalmente los tintes duran entre tres y cuatro meses, volviendo a recuperar el color natural de forma progresiva.

Sin embargo, esta solución es solo válida para pestañas claras o para aquellas que las maquillan a diario. Así, no se abusa de aquellas máscaras en cuya composición no se vela por el cuidado y salud de las pestañas.

Pestañas postizas

Realmente, utilizar pestañas postizas no es un cuidado, pero sí es una solución para evitar algunos problemas. Por ejemplo, son útiles para disimular pestañas poco pobladas o bien para tapar algunos huecos o calvas.

Su colocación es especialmente importante para que queden bien. Para ello, tendrás que utilizar un pegamento especial, unas pinzas de punta redonda y un espejo de aumento.

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Estilo rockero

¿Quién ha dicho que el estilo rockero no es idóneo para celebrar la Navidad? Lo cierto es que sí se puede, sobre todo, si le añades las tendencias actuales y lo reinventas. Por ejemplo, puedes hacer un trazo de eyeliner negro tanto por la línea de las pestañas superiores como inferiores y desde el lagrimal hacia el lado extremo del ojo, alargando el trazo en los lados para hacer como una especie de rabillo, pero con línea horizontal.

A continuación, apuesta por un rimel para las pestañas en tono dorado, además de por aplicar este mismo tono en las cejas. El resto del rostro no tiene que destacar salvo los labios. Si eres atrevida, maquíllalos con tonos burdeos o rojo-negro. Si prefieres ir un poco más discreta, apuesta por un tono nude o simplemente algún color que sea natural y que simplemente ensalce el propio de tus labios. Si ves el maquillaje excesivo, puedes hacer simplemente el trazo con eyeliner dorado.

Sofisticado

Las mujeres más sofisticadas y a las que les gusta seguir las tendencias tienen una buena opción en este maquillaje, que se basa en un rimel de color azul majorelle, que está de moda. Con este tono puedes aplicar un trazo en el párpado móvil, pero solo a ras de las pestañas, para que quede como si fuera un eyeliner. Además, el rimel puede ser de este color o negro. El resto del párpado se maquilla con una sombra nude.

En cuanto a los labios, la opción pasa por ir más discreta con un tono nude o bien apostar de lleno por el color con una barra de labios en tonos fucsia o naranja. En este caso, el maquillaje favorece menos si empleas un labial rojo.

Sensual

Un maquillaje muy sensual se consigue con las sombras en tono plateado, que son otra de las tendencias de la temporada. Pero no se trata de sombras excesivamente brillantes, sino que sean grises metalizadas y no muy claras. En primer lugar, debes poner por el párpado móvil y por el párpado inferior sombra de color topo. Sobre ella, aplicar el gris plata. El efecto queda como un smokey eyes, pero en estos tonos. Los labios aquí pasan a un segundo plano y se dejan totalmente nudes o tan solo se aplica un labial que sea similar al tono natural de la boca.

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Ojos

Para conseguir unos ojos más grandes, hay que trabajar principalmente en dos frentes: los ojos y las cejas. Pero vamos por partes. En primer lugar, se deben maquillar los ojos. Y un paso fundamental es acabar con las ojeras sin que se note. Esto se consigue empleando el corrector, pero hay que hacerlo de forma adecuada para que no se note. ¿Qué hay que hacer entonces? Ponerlo sobre la base de maquillaje y elegir un tono que sea tirando a melocotón, en lugar de los más beige e incluso blancos.

A continuación, toca maquillar los ojos para destacarlos. El mejor truco para conseguirlo es aplicar una sombra de color claro en el párpado móvil y dar además un toque de polvos de sol debajo de las cejas. Este contraste hará que los ojos ganen también en expresividad.

En función del tono de sombra que elijamos conseguiremos un efecto u otro. Las mejores tonalidades son los rosas y melocotones. Por ejemplo, el color rosa claro permite suavizar los rasgos, mientras que los tonos melocotón son para tener una mirada un poco más llamativa.

Y todo ello, por supuesto, se completa con una buena capa de rimel para lucir las pestañas. En este caso es mejor optar por las máscaras de color marrón porque las de color negro pueden hacer que el ojo sea más pequeño. También se pueden utilizar pestañas postizas, que abren la mirada.

Cejas

Y, finalmente, hay prestar atención a las cejas, sobre todo, cuando se tienen poco pobladas o son claras. El truco aquí es aplicar sombra de ojos de un color que sea un tono más claro que el pelo. También es posible hacerlo con un lápiz de ojos, aunque aquí se requiere más habilidad para conseguir un resultado natural.

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Colorido

Una de las novedades de este otoño es que se dice adiós a los tonos más tradicionales y típicos de otros años de esta estación para dejar paso a toda una explosión de color. En concreto, a las tonalidades más pop, que se utilizan para dar un toque muy diferente a la mirada.

La tendencia impone que los párpados se marcan o dibujan en un bloque de un solo color o bien en trazos muy definidos. Y, ¿qué tonos se pueden utilizar? La respuesta es sencilla: azules, naranjas o blancos son las “estrellas” de la temporada. Pero para lucir este look, no te olvides de una máxima: adiós a la máscara de pestañas y a los labios maquillados.

De color también se llena el otoño con maquillajes que recuerdan a los vampiros. En este caso, los labiales burdeos, marsala, burgundy…. siempre en su versión más intensa, cobran fuerza. Incluso se llevan los labios negros. El acabado da igual: gloss, aterciopelado, mate… Este maquillaje requiere de una piel muy limpia, clara y luminosa en la que solo destaca el toque de rimel, aparte de los labios.

La versión más exagerada de este maquillaje llega con los nuevos smoky eyes que, como cada temporada, se renuevan. Este otoño no es la excepción y, ahora, se llevan en otros tonos que no son los tradicionales negros, grises o marrones, aunque también los puedes seguir utilizando. La última tendencia es lucirlos en rojos, naranjas y azules. Además, se maquillan ocupando toda la cuenca del ojo hasta casi debajo de la ceja y en dirección hacia la sien.

Y las más atrevidas aún tienen otra tendencia más: los tonos plateados y dorados a los que se suma cualquier tono que tenga este tipo de pigmentos metalizados. Unos colores que se llevan tanto para los ojos como la boca y las uñas. Este estilismo es más adecuado para la noche pero, si quieres llevarlo por el día, la opción pasa por utilizar simplemente un lápiz de ojos para delinear la mirada o bien un pequeño toque de sombra en el lagrimal.

Nude

Este otoño siguen estando de moda también los maquillajes discretos. En esta ocasión, la tendencia se centra en un rostro limpio y natural, pero con brillo y luminosidad natural, tratando de conseguir el efecto de una dermis más joven como la de una adolescente. Este look se complementa con un ligero toque rosado en las mejillas y unos labios en tonos rosas claros para resaltar simplemente su color natural.

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Maquillaje

Con independencia del rímel y del cepillo que se haya elegido, maquillar las pestañas tiene su técnica. En los casos en los que se utiliza el rímel para el día a día e ir a trabajar es mejor apostar por la discreción, siendo suficiente con aplicar dos capas de la máscara en las pestañas superiores.

Y, aunque siempre se dice que no hay que maquillar las inferiores, sí puede haber situaciones en las que es conveniente hacerlo. Por ejemplo, se puede emplear el rímel cuando tienen un color muy claro o bien se tiene poca cantidad. Igualmente, es posible hacerlo cuando se quiere conseguir un efecto o look más dramático, lo que solo es apto para la noche. Pero, bajo ningún concepto hay que maquillar solo las inferiores. Siempre deben ir acompañadas de capas de rímel en las pestañas superiores.

Más efectos

Aunque no se utilice una máscara con efecto pestañas XXL, también se puede conseguir darles mayor volumen y longitud con unos trucos de aplicación. La clave está en poner el rímel desde la raíz hasta las puntas. Además, para conseguir que parezcan más gruesas y con más volumen, es conveniente poner varias capas de rímel, dejando secar bien entre una y otra aplicación.

En el supuesto de querer conseguir alargarlas aún más, no es bueno poner más rímel solo en las puntas de las pestañas porque tienden a caer por el peso del producto. Lo más adecuado es incidir en los extremos hacia el exterior del ojo para que la mirada parezca mucho más amplia.

Errores

En la aplicación del rímel también pueden producirse algunos errores como los grumos. Aquí se pueden aplicar varios trucos. El primero de ellos se pone en práctica antes de su aplicación. De esta manera, si se ve que hay mucho producto en el cepillo, lo más adecuado es eliminar la cantidad sobrante con la ayuda de un pañuelo de papel.

Y, ¿si el grumo ya está en las pestañas? También hay solución. La clave está en peinar las pestañas con un cepillo limpio hasta que esa cantidad haya desaparecido. Siempre es importante hacerlo cuando la máscara no está seca porque se retira mejor el exceso de producto.

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Más volumen

Si lo que necesitas es lucir unas pestañas con más volumen, además de utilizar un rimel que aporte este mayor grosor, también puedes seguir un truco en su aplicación, que es de utilidad aunque la máscara no sea de maxi volumen.

La clave está en poner varias capas de rimel en las pestañas cuando todavía está húmeda la anterior, teniendo que extender una cantidad importante desde la raíz. Además, la aplicación tiene que hacerse con movimientos ascendentes. El resultado es una mirada más intensa y con unas pestañas mucho más densas.

Más curvadas

Aunque también hay máscaras que incorporan un cepillo que permite curvar las pestañas, aún pueden seguirse otros consejos adicionales que es posible ponerlos en práctica con otros aplicadores. El truco está en extender el rimel girando el cepillo y presionando las puntas hacia atrás. De esta manera, ya no es necesario utilizar tampoco un rizador.

Más largas

Realmente, hacer que las pestañas sean más largas es un poco más complicado porque la extensión es la que es. Sin embargo, sí es posible conseguir que tengan una mayor proyección y que, en consecuencia, parezca que son más largas. En este caso, el truco consiste en aplicar el rimel mientras se hace un movimiento en zigzag. De este modo, se logra que se despeguen más de la raíz.

Más trucos

Con independencia del efecto que se quiera conseguir, siempre es posible potenciarlo si, antes de extender la máscara, se aplica un sérum fortalecedor en las pestañas. Así se refuerzan, pero también se facilita que el cepillo se deslice de forma más fácil y rápida, logrando un mejor resultado.

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Cuidados

Como en todo maquillaje, tener una buena piel es lo mejor. Para ello, a esta edad tampoco se debe descuidar la hidratación. Normalmente, al ser una piel sin imperfecciones, puede ser suficiente con emplear solo una crema hidratante con color, que sea parecida al tono de la piel, en lugar de una base de maquillaje. Dentro de los rituales de belleza, no puede faltar la limpieza diaria para quitar cualquier resto de maquillaje o la suciedad que ha acumulado la piel a lo largo del día.

Cosméticos

A la hora de maquillarse, es el momento de probar tendencias y de crear diferentes looks. Es una edad en la que se puede pasar de un estilismo a otro sin grandes problemas, puesto que el rostro permite pasar de unos labios rojos y de un estilo muy sexy a uno más natural y sensual. No obstante, no es bueno excederse ni en productos a aplicar ni en colores porque se parece mucho más mayor de lo que se es.

Con independencia de la opción elegida, hay una serie de cosméticos que son básicos a esta edad. Uno de ellos es la máscara de pestañas, mientras que la otra es el brillo de labios, pudiendo utilizarlo con un toque de color rosado o rojo. Solo con estos dos productos, ya se mostraría un look fresco y juvenil sin necesidad de nada más.

Incorrecciones

A estas edades, en general, todavía no hay líneas de expresión, arrugas, manchas faciales…. Sí puede haber algún granito, que puede camuflarse con un corrector de tono verde. En el caso de que el problema sea mayor y se tenga acné, hay que recurrir a los tratamientos específicos y cosméticos idóneos.

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Más intensidad

Para potenciar las pestañas, uno de los trucos consiste en perfilar su línea -lo más a ras que se pueda de su nacimiento-, con un lápiz de ojos del mismo color que la máscara, teniendo que hacer un trazo fino. Este consejo también puede ponerse en marcha con sombra de ojos. En ambos casos, se consigue que el ojo parezca mucho más grande, aparte de dotar de más intensidad a la mirada.

Juventud

Las pestañas también son decisivas cuando se quiere parecer más joven. En este caso, el truco consiste en aplicar una doble capa de máscara de pestañas e, incluso, triple en aquellas que están situadas en la zona más cercana al ángulo externo del ojo.

Con este consejo, se consigue rejuvener la mirada, aparte de rasgar ligeramente los ojos para que sean más sexys. Si, además, se han curvado previamente las pestañas con la ayuda de un rizador, el éxito está más que asegurado. Otra opción es emplear un rimel que las curve, aunque solo tendrías que utilizarlo para esta parte del ojo, siendo necesario disponer de dos máscaras de pestañas.

Luminosidad

Las pestañas también pueden aportar más luz al rostro. ¿Cómo? Muy sencillo. Tan solo necesitas una máscara transparente. La clave está en aplicar tu rimel habitual del color que emplees para luego terminar dando una última capa con este sin color. Ya verás como brillarán más y, en consecuencia, la mirada parecerá mucho más luminosa.

La entrada Trucos para potenciar las pestañas se publicó primero en Belleza Sexy.

Recto

Una de las formas es el cepillo recto. Realmente, este es el aplicador clásico y con él se consigue un resultado muy natural, además de ser muy fácil de utilizar. Su uso está más indicado para aquellas personas que tienen pocas pestañas porque permiten poner más cantidad de máscara, de manera que se consigue el efecto de que se tienen más, pero sin añadir un toque dramático.

Cónico

Los cepillos cónicos o también llamados en espiral son más idóneos para aquellos casos en los que se necesita una gran definición de las pestañas. Gracias a su forma, se posibilita llegar a todas las pestañas, incluso las más cercanas al lagrimal, así como a las exteriores. La cantidad de máscara que se aplica es uniforme por lo que también se consigue un efecto de una mirada más amplia y pestañas más largas.

Curvo

Los aplicadores curvados son los más adecuados cuando se busca dotar a las pestañas de más volumen y de una mayor curvatura porque, con esta forma, se llega a todas las pestañas. Pero para sacarle el máximo partido, hay un truco en su uso: primero hay que pasar la parte cóncava desde la raíz hacia los extremos y luego la convexa para añadir la definición en las puntas.

Largos y cortos

Además de la diferente forma, los cepillos también se diferencian por si tienen las cerdas cortas o largas. Y aquí hay claves. Los de cerdas más cortas son para llegar a todas las pestañas y añadir más textura en la punta, mientras que los aplicadores con cerdas largas permiten a su vez peinar y separar las pestañas.

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Maquillaje bronce

El maquillaje bronce no es exactamente sucumbir al tono dorado. En realidad, se trata de lucir una piel impecable, que se resalta aún más con algunos destellos metalizados, que se concentran en los ojos, en concreto, en el párpado superior.

Este maquillaje se consigue con tan solo utilizar una sombra metalizada en un tono bronce con ligeros toques dorados y aplicando rimel negro, creando con ambas formas una mirada un tanto futurista, pero discreta.

El resto del maquillaje se consigue con una base muy natural que proporcione un acabado mate sobre la que, además, hay que poner unos pocos de polvos. También el blush debe ser muy discreto para poner solo un poco de rubor al igual de los labios que tienen que ser lo más naturales posibles.

Smoky eyes clásico

El smoky eyes es uno de los maquillajes que ya lleva muchos años estando de moda. Aunque en 2016 se ha reinventado y, en 2017, seguirá siendo tendencia pero con algunas novedades, lo cierto es que su forma más clásica se mantiene como una apuesta segura para la noche y para aquellas ocasiones en las que se quiere sorprender.

La clave de este maquillaje se centra en la parte superior del rostro. Para el smoky eyes hay que delinear y difuminar bien todo el párpado móvil, mientras que el párpado inferior es una combinación de lápiz khol y sombras. Los colores pueden ser de la escala de negros o grises o bien en marrones o tonos café. Y no hay que olvidarse de aplicar máscara de pestañas. Además, las cejas se convierten en grandes protagonistas de este look, ya que deben estar perfectamente delineadas y dibujadas.

El resto del maquillaje se basa en una tez sin brillos, pero que se hace más cálida con un ligero toque de polvos de sol, y en un blush muy natural. Los labios deben ser nude.

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