Exfoliar la piel es importante para eliminar las células muertas y que no pierda luminosidad. Para realizar este proceso, en las tiendas de cosmética y de belleza hay diferentes productos y de múltiples marcas. Sin embargo, hay que escoger bien la que se va a utilizar en función del estado en el que tenemos la piel, de manera que hay que fijarse en si es un cutis graso, mixto, seco… y si tenemos granitos, rojeces… ¿Cómo se hace esta elección? Toma buena nota de estos consejos para saber cuál comprar. Pero, ante la duda, ya adelantamos que es mejor apostar por un peeling apto para piel sensible.
Mecánicos
Las exfoliantes se dividen principalmente en dos grupos. Uno de ellos es el denominado “mecánicos”, que son aquellas cremas que tienen unos pequeños granitos o gránulos que hay que frotar sobre la piel para que se descame y se arrastren las células muertas y las impurezas.
Este tipo de exfoliantes pueden ser a su vez de origen natural, que son todas aquellas que están hechas con huesos de frutas, sobre todo, de melocotón o albaricoque, aunque también pueden tener sal, azúcar o bambú. Otras tienen origen sintético.
Estos productos son más recomendables en aquellas personas que tienen la piel grasa y que son más jóvenes. Por el contrario, no están indicadas cuando se tienen los poros dilatados, puesto que los gránulos pueden taponarlos.
Químicos
El otro grupo de exfoliantes se corresponde con los denominados “químicos”. En este caso, están compuestos de sustancias irritantes, que son las que se encargan de la descamación.
Suelen ser muy habituales todas aquellas que tienen ácidos de frutas o AHA (alfahidroxiácidos), siendo ingredientes comunes el pomelo, naranja, fresas… También pueden contener enzimáticos o los ácidos lácticos procedentes de leche o yogures. Igualmente, en su composición se puede encontrar ácido salicílico o retinoico, es decir, retinol y vitamina A.
Los exfoliantes químicos están recomendados para todo tipo de pieles, sobre todo, cuando se tiene una dermis seca o bien mixta.