Toca comprar un perfume nuevo. Una vez que hayas encontrado algún aroma que te haya enamorado, intenta conseguir una muestra para llevártela a casa y probártela con tranquilidad. Esta es la mejor manera de probar un perfume, ya que en los centros comerciales, se te pueden escapar algunos aromas que posteriormente pueden gustarte más o menos.
No tiene sentido comprar un perfume sin probarlo en tu cuerpo, ya que su composición química única se mezclará con tu aroma natural y el resultado final será diferente al que puedes oler en un papel. Al probar un perfume, aprovecha la oportunidad de evaluar perfectamente. Lo primero de lo que debes asegurarte es de que el primer olor que te da, sí te gusta. Recuerda que el alcohol suele evaporarse pero, si una pequeña muestra te dura más de 15 minutos, es un buen perfume.
El olor del alcohol desaparecerá pero las notas más altas de la fragancia son las que persistirán. En este momento es cuando debes notar si tu perfume huele dulce o no. Las notas más altas de la mayoría de las fragancias suelen estar protagonizadas por las flores y hierbas. Después de varias horas, las notas más altas se desvanecen, y el corazón y la parte inferior o «base», es la que remarcará su presencia.
Muchos perfumes nuevos dirigidos a los más jóvenes, en realidad, no tienen notas de fondo: se basan en el alcohol y en una fuerte dosis de flores brillantes, pero que tienden a desaparecer en una o dos horas. Las fragancias bien equilibradas mantendrás una parte de la primera nota floral o mezcla de cítricos, mientras que las notas del centro (musgo de roble y sándalo son dos de las favoritas) proporcionarán un olor constante que se desvanecerá lentamente.