Maquillarse realmente no es complicado siguiendo una serie de consejos y eligiendo bien los productos. Sin embargo, de forma reiterada se cometen errores que son graves y que crean un mal efecto en el rostro. Además de los más conocidos sobre la elección del color de la base de maquillaje, aún hay otros más que conviene conocer para evitarlos.
Los errores
La base de maquillaje es el producto de belleza con el que más equivocaciones se comenten. Y no solo con el color, sino también con la fórmula o textura que se elige, ya que una mala elección puede propiciar la aparición de brillos, grasa o que se cuartee la piel, entre otras consecuencias. Para una buena elección, es necesario conocer bien qué tipo de cutis se tiene para comprar el producto específico para ella. En este caso, no es bueno dejarse llevar por recomendaciones de familiares y amigas u otras personas no expertas. Además, también hay que recordar que no se debe abusar de la cantidad que se aplique sobre el rostro.
Otro de los cosméticos más problemáticos es el blush, sobre todo, con la tendencia de crear con él el efecto “buena cara”. Para conseguirlo sin errores, la clave está en evitar la concentración del colorete en el centro de las mejillas para extenderlo bien por el pómulo con una brocha biselada. En cuanto al color, deben ser tonos naturales como los rosados, melocotones o terracotas.
Y en esta lista de problemas con el maquillaje no puede faltar el corrector porque abusar de él crea el efecto contrario: se notan más las líneas de expresión, las ojeras… El secreto para un buen uso de este cosmético radica en elegir el mismo tono exacto de la piel y ponerlo sobre ella con pequeños toques sin tener que arrastrar el producto para que se funda bien con la piel.
Los polvos traslúcidos igualmente son fuente de errores porque se tienen que usar con precaución, puesto que aplicar sobre el rostro capas y capas de productos solo hace que se cuartee o parezca acartonado. De este modo, lo mejor es la moderación.
El maquillaje de cejas suele ser otro de los fallos más graves. Nunca es conveniente elegir los tonos en negro para no endurecer el rostro, sino naturales como, por ejemplo, un marrón y que incorpore un ligero toque de ceniza para matizar las tonalidades rojizas. También es importante elegir bien la textura, evitando las que sean grasas.