Los días de verano e, incluso, los más calurosos son también idóneos para utilizar una base de maquillaje. Sin embargo, es una época del año en la que es habitual que no sirva la que empleamos el resto de los días, sobre todo, por el tono, ya que la piel suele estar bronceada. ¿Qué color elegir entonces? Toma buena nota para seguir estando guapa en vacaciones.
Los consejos
Aunque la mujer tenga una piel a la que le cueste broncearse, en realidad, el tono cambia igualmente, aunque en menor medida, al estar más expuesta a los rayos solares o con tan solo pasar más tiempo en la calle y al aire libre.
En el caso de estas mujeres que tienen una piel que es difícil que se broncee y que, habitualmente, tiende a ponerse roja con el sol, la mejor opción es utilizar una base con una textura ligera y en la que el color sea el de un bronceado suave.
Además, también son una buena opción los geles o fondos transparentes, que tan solo aportan un ligero toque de color y que llevan partículas nacaradas o doradas con las que se consigue aportar luminosidad al rostro.
En cualquiera de estas alternativas, el maquillaje debe completarse con los polvos de sol, que se tienen que elegir en un tono claro y tirando a dorado. Su aplicación debe hacerse en la nariz, frente y mentón.
Por su parte, las mujeres que tengan la piel más morena y bronceada deben utilizar una base de maquillaje que sea igual que el tono de su dermis o bien prácticamente transparente. Además, se debe optar por las que sean muy hidratantes y que incorporen partículas en tonos dorados o bronce para potenciar el bronceado.
Igualmente, se debe finalizar con los polvos de sol, que son un producto imprescindible para el verano. El tono es recomendable que sea un poco más oscuro que el de la piel y que aporte un aspecto mate a la piel. Su aplicación se realiza desde el mentón hacia la sien. Y, si se quiere un poco más de luminosidad, la clave está en el blush en tono albaricoque o terracota, pero solo para las mejillas.