En general, a todas las mujeres nos gustan los zapatos con tacón. Algunos de ellos son difíciles de llevar por ser demasiado altos o bien excesivamente planos. Y es que muchas veces las modas no atienden a la salud de los pies y es muy complicado encontrar zapatos con un tacón intermedio que sea saludable. Pero, por ello, no hay que renunciar a lucirlos. Con unos consejos puedes llevarlos sin que los pies se resientan.
Consejos
Habitualmente, los tacones se asocian con una serie de problemas que aparecen en los pies, sobre todo, conforme van pasando los años. Seguro que te suenan los juanetes, el dedo de martillo, acortamiento del telón de Aquiles, las durezas… Todas ellas y otras más están relacionadas con la altura de los zapatos. Pero, ¿cómo pueden evitarse?
Lo mejor es seguir una serie de consejos. Lo más importante es no abusar de los tacones en el día a día. Lo ideal es que emplees unos zapatos que no superen los cinco centímetros de tacón, siendo la altura ideal de entre tres o cuatro centímetros. De esta manera, los pies no sufren porque se mantiene una posición normal y tampoco hay consecuencias negativas sobre la columna y las piernas, especialmente, las rodillas.
Si no te queda más remedio que llevar tacones en el día a día y porque son necesarios por motivos de trabajo, lo más adecuado es que optes por un tacón que tenga una base ancha y que no supere tampoco esa longitud de entre tres o cuatro centímetros. Mejor si es más bajo. No es el momento de llevar tacones finos o también conocidos de aguja, teniendo que dejar estos para ocasiones especiales y para momentos en los que no tengas que estar mucho tiempo de pie ni andar.
Pero no hay que llevarse a engaño porque los zapatos excesivamente planos tampoco son buenos y también crean problemas de salud. Así que tampoco abuses de los zapatos tipo bailarinas.
Con las tendencias de moda, este invierno se llevan también los zapatos de plataforma. Como supondrás, no son buenos para los pies y pueden contribuir a deformarlos. La clave está también en no usarlos a diario y en que esa plataforma no supere los dos centímetros. Y muy importante también es cambiar de zapatos todos los días para que el pie no siempre tenga que estar en la misma posición, siendo lo más recomendable alternar entre tacones más bajos y altos y calzado plano.
Pero más allá de estas pautas, es muy importante cuidar los pies. Las uñas siempre tienen que ir bien cortadas y arregladas, además de prestar atención a las plantas de los pies para evitar la aparición de durezas. En este caso, siempre, por lo menos una vez a la semana, es importante aplicar productos para quitarlas en casa y evitar que vayan siendo cada vez mayores y tener que recurrir a un podólogo. La exfoliación también puede ayudar a eliminar esa piel endurecida.
Además, para prevenirlas, en el caso de que tengas que llevar zapatos de tacón, utiliza las plantillas específicas para evitar que duelan los pies y que, al estar en esa posición, se empiecen a formar. También es muy importante, una buena hidratación para evitar que el pie se recaliente por la excesiva fricción que se produce cuando los tacones son muy altos. Lo mejor son las cremas que llevan un alto porcentaje de urea. Siempre que puedas camina descalza por casa y por la arena de la playa. Y, por supuesto, de vez en cuando date un auténtico lujazo en un spa o centro de belleza para poner tus pies a punto y evitar problemas.