Muchas mujeres, aunque se levanten descansadas y hayan dormido las horas necesarias, suelen tener el rostro sin luz e, incluso, un poco hinchado. Son dos factores que pueden reducirse haciéndose una misma un masaje facial, que es muy sencillo y con el que se consiguen buenos resultados.
Los consejos
El objetivo del masaje es evitar esas hinchazones que, por ejemplo, pueden concentrarse en zonas como los ojos o párpados, en las mejillas… La clave para acabar con ello no es otra que activar el sistema linfático en la cara, que es el que causa esas retenciones de líquidos cuando se obstruye o no está funcionando bien y que es el origen también de la falta de luminosidad.
Y, ¿cómo se hace el masaje? Muy sencillo, En primer lugar, ha que empujar y relajar la piel de forma suave para que se facilite el retorno de los líquidos orgánicos. Para ello, con las manos hay que ir haciendo por el rostro movimientos circulares como si fueran las ondas de un río.
A continuación, el siguiente paso, es apoyar las manos en las mejillas y hacer círculos solo con los dedos que vayan en dirección al cuello mientras se tira de forma suave de la piel hacia abajo. Este movimiento tiene que hacerse lentamente y que tan apenas se note. En todo caso, se debe percibir un cierto alivio.
Y, finalmente, hay que acabar la sesión de masaje con una pequeña relajación para experimentar mayor bienestar para lo que, por ejemplo, se pueden hacer unas respiraciones hondas y muy pausadas.
Por supuesto, hay que ser constantes para conseguir resultados. Lo mejor es hacer estos movimientos un mínimo de cinco veces hasta un máximo de 15 veces. Se puede empezar haciendo todo el proceso todos los días aunque, conforme se vaya mejorando, es posible espaciar los movimientos. En el caso de que se vea que se pierde efecto, no hay que esperar y se debe retomar la dinámica de hacer el masaje diario de nuevo.