Cleopatra lo empleó para conservar su belleza eternamente joven, sacando el máximo partido de sus propiedades extraordinarias: luminosidad, firmeza y vitalidad. Hoy el metal más noble que el mundo conoce vuelve a protagonizar un tratamiento de película: la máscara con oro de 24 kilates.
El oro siempre ha sido un símbolo de valor y pureza, representando a los dioses y la realeza. Los antiguos egipcios creían que era la carne de los dioses y despedían a los faraones con máscaras funerarias de oro para entrar así en su vida eterna. La famosa reina de Nilo, Cleopatra, dormía con una máscara de oro para atrapar su brillo. Nuestros antepasados utilizaban menaje dorado para prolongar la vida y retrasar el envejecimiento. En la Edad Media los alquimistas fueron en busca de la piedra filosofal y soñaban con obtener el noble metal combinando otras sustancias. Los bancos cuantifican con lingotes para el fondo monetario, y para los joyeros es la materia prima. Hoy la industria, la electrónica, la medicina y la odontología se benefician de sus propiedades. Gracias a su poder curativo y estético, y su notable efecto antiage, se rescata el antiguo uso del oro para los modernos tratamientos de belleza.
La máscara de oro no está destinada para uso casero. Se realiza en unos pocos centros belleza en todo el mundo, de muy alto standing. Consiste en un peeling dermoultrasónico para que la piel quede en perfectas condiciones y pueda asimilar las propiedades del oro.
A continuación se realizan una serie de técnicas faciales, entre ellas un relajante masaje, para restaurar y redefinir el contorno del óvalo, reduciendo líneas de expresión y pequeñas arrugas.
Por último se prepara la mascarilla a base de micropartículas de oro y vitamina C, elaborada de acuerdo a las necesidades y que deja el rostro resplandeciente.
Se comienza aplicando 10 gotas de gel de γ-PGA masajeando por toda la cara hasta que la capa de oro se rompa. Después de repetir el movimiento varias veces, el oro aparece con aspecto de leopardo sobre la cara. A continuación se aplica agua mineral en spray en la cara y se sigue masajeando hasta que el metal penetre completamente.