En Belleza Sexy hace unas semanas comentábamos la importancia que tiene una limpieza facial, sobretodo para mantener nuestra piel joven y tersa.
Uno de los productos que destacamos a la hora de realizarla, era la utilización de mascarillas. Estas aportan a nuestro cutis vitaminas y otros elementos que penetran en las capas más profundas de la epidermis proporcionándonos suavidad.
Las mascarillas pueden ser naturales (hechas por nosotras mismas en casa) o comerciales. Estas últimas además de proporcionarnos suavidad ayudan a limpiar y nutrir nuestra piel.
Clasificación
Las mascarillas se clasifican según el objetivo y composición en:
Exfoliantes:
Este tipo de mascarilla contiene extractos vegetales cuyas encimas favorecen la eliminación de las células muertas que se acumulan en nuestra piel. Son recomendadas para pieles grasosas sobretodo.
Purificadoras:
Este tipo de mascarillas, que entre sus componentes cuenta con aceites esenciales o algas, ayudan a reducir las impurezas de la piel proporcionando luminosidad a la vez que favorecen la circulación dando una sensación de relajación.
Humectantes y nutrientes:
Estas mascarillas se emplean sobretodo en tipos de pieles secas, ya que ayudan a hidratar la piel aportando la humedad que necesitan.
Pasos que hay que seguir en la aplicación de las mascarillas:
1- El primer paso que debemos realizar es limpiarnos la cara con agua.
2- Recogeremos el cabello con alguna pinza o goma del pelo, así evitaremos manchárnoslo.
3- Aplicaremos la mascarilla por todo la cara dejando libre los labios y el contorno de ojos. Podéis aplicarla incluso en el cuello.
4- Dejaremos actuar la mascarilla entre 10 y 20 minutos.
5- Después del tiempo recomendado retiraremos los restos de mascarilla con una esponja húmeda de agua tíbia.
6- Por último, aplicaremos una crema hidratante por todo el rosto.
Estos pasos se deberían realizar una o dos veces por semana.