Muchas veces nada más hacerse la manicura o a los pocos días, se empieza a ver que las uñas se han estropeado, sobre todo, por los bordes o bien alguna ha podido romperse. Son situaciones que tienen un efecto negativo, sobre todo visual, sobre las manos. Pero con unos pequeños trucos sencillos se puede acabar con ellos y simularlos hasta la siguiente manicura. Además, se hacen en poco tiempo.
Color
Puede pasar que por algún roce, mal gesto o por cualquier otro acto se estropee el esmalte de las uñas o se resquebraje. En estos casos, se puede proceder a la reparación fácilmente. Es conveniente tener el mismo tono o color que se lleva en las uñas. La reparación se realiza en un solo paso. Con muy poco esmalte en el pincel, puedes volver a pintar sobre la zona afectada hasta que quede perfecta y bien cubierta, pero sin necesidad de pintar toda la uña.
Una vez dado este paso, y para que no se note la diferencia con el resto del esmalte que se aplicó durante la manicura, es recomendable pasar una capa de esmalte transparente para dar una mayor cobertura y que no se perciba el retoque.
Es un sistema que, incluso, se puede aplicar en los bordes de las uñas, en las que habrá que tener más cuidado para cubrir el extremo, siendo conveniente utilizar aún menos cantidad de esmalte y una parte sólo del pincel.
Rotura
Y si el problema es que se ha roto una uña, también hay solución sin tener que cortarla para que unas no se lleven más largas que otras. Tan sólo hay coger una tirita transparente, en su defecto incluso puedes utilizar celo, que tiene que cortarse del tamaño de la rotura, aprovechando el pagamento de la propia tirita para adherir ese fragmento a la uña. En el caso de que se haya roto por el extremo, se puede poner incluso por debajo de la uña.
Una vez dado este paso y para un mejor efecto, se puede pasar la capa de esmalte por esa zona y, de nuevo, una capa de esmalte transparente para que se note menos la diferencia dentro de las zonas de la propia uña.