Si el otro día os hablaba sobre el tinte y la permanente de pestañas, hoy os traigo una opción que aporta un efecto muy similar pero de quita y pon: las pestañas postizas
Aunque siempre asociamos el uso de pestañas postizas con algún evento especial, como hacen muchas celebrities, lo cierto es que las pestañas postizas pueden utilizarse en cualquier ocasión, tanto para el día como para la noche y sin que nadie se percate de que nuestras pestañas no son realmente nuestras.
No sólo para días especiales
Existen muchos tipos de pestañas postizas, más o menos tupidas, más o menos largas y con diferentes diseños así que es cuestión de elegir unas pestañas naturales y armarse de un poquito de paciencia para colocarlas.
Lógicamente, se tarda más en poner unas pestañas postizas que en rizarlas y pintarlas por lo cual no es un look apto para el día a día. Pero sí que pueden utilizarse de día de vez en cuando, para una entrevista de trabajo o para una reunión importante.
Cómo ponerlas
Aunque, como todo, es cuestión de práctica, poner unas pestañas postizas correctamente tiene su truco. Existen diferentes tipos, las más comunes son las individuales o las enteras. Si es la primera vez que vas a usarlas, las individuales dan un aspecto mucho más natural y pueden utilizarse para resaltar determinadas zonas. Ponerlas es cuestión de traza, un poco de pegamento especial y unas pinzas de depilar.
Las pestañas enteras son las que más conocemos y las que, a priori, parecen más sencillas de poner aunque requieren un poco más de práctica para que casen exactamente con la línea de nuestras propias pestañas. Aunque existen diseños más discretos, suelen ser un poco más exageradas por cubrir toda la superficie pero harán que tu mirada cambie por completo.