La piel, sobre todo, con el paso de los años va perdiendo firmeza y elasticidad. Y uno de los factores principales de que esto suceda es el colágeno, cuya presencia va disminuyendo en el organismo haciendo que la piel sea menos elástica y tersa y ya no tenga el tono de antes. Sin embargo, es posible detectar si realmente hay escasez en el organismo y aumentar su nivel.
¿Tengo escasez?
La producción de colágeno disminuye con la edad, lo que conlleva a que, conforme se cumplen años, haya una menor presencia de esta sustancia proteica en el organismo, lo que suele ir parejo a su vez a los síntomas del envejecimiento tanto en la piel como en las articulaciones, músculos, tendones e, incluso, el pelo.
En general, aunque hay varios tipos de colágenos en el organismo, se puede saber si tenemos o no déficit de esta sustancia. Los ejemplos más claros es ver que la piel pierde elasticidad, tersura y tono, además de aparecer arrugas.
Otras señales son las uñas debilitadas y la falta de brillo en el cabello que se va perdiendo progresivamente, aparte de hacerse más frágil y quebradizo. También la carencia de colágeno se detecta en la falta de tono de los músculos, el envejecimiento de los cartílagos y un aumento del nivel de osteoporosis en los huesos.
El déficit de esta sustancia igualmente se asocia a la pérdida de material orgánico y la rigidez de vasos y arterias. Además, los ojos, oídos y gusto pierden elasticidad y merman sus funciones.
¿Cómo aumento?
Para conseguir mantener o aumentar, según la necesidad, el nivel de colágeno, lo más recomendable es seguir una dieta que incluya alimentos que son ricos en esta sustancia que, sobre todo, se encuentra en carnes, pescados, gelatinas, huevos, lácteos, queso y yogur.
Sin embargo, con este colágeno no es suficiente porque no siempre es absorbido por el cuerpo al 100%. De este modo, es recomendable utilizar los preparados famacológicos de colágeno hidrolizado, pero siempre bajo control médico.