El ritual de belleza de una mujer es largo, extenso y a la larga gratificante. Lavarse el pelo no quiere decir que solo te tengas que echar en la cabeza el champú y aclararlo. También conviene utilizar otros productos que son propicios para que el cabello conserve un aspecto sano y luzca perfectamente.
La acción del acondicionador sobre el cabello es inmediata. El champú suele arrastrar los aceites naturales del pelo dejándolo desprotegido. Así que cuando ya está limpia la cabeza conviene ponerse un poco de acondicionador para, valga la redundancia, acondicionar la cabellera y devolverle su equilibrio natural.
Después de cada lavado
Se cree que el acondicionador es un producto que solo se emplea cuando el pelo está seco. Falso. Si tienes el cabello graso también tendrás que utilizarlo, aunque será uno específico para tu tipo de pelo. Generalmente, comprarás un producto que no engrase más la cabeza.
Hay quien se pone una vez a la semana una mascarilla para el pelo. Pero no por esto has de obviar el uso del acondicionador. Recuerda que la mascarilla lo único que hace es reforzar la función del acondicionador, por lo que hay que usarlo después de cada lavado.
Si usas un protector del calor a la hora de secarte el cabello lo proteges igualmente, pero no con la misma fuerza que si también te hubieras puesto antes un poco de acondicionador. Cuando secas el cabello y utilizas productos específicos de peluquería lo que estás haciendo es evitar que el cabello pierda más agua con el secado. De ahí la importancia de usar acondicionador.
También hay mujeres que son reacias a ponerse productos de este estilo en el pelo porque cuando se lo echan hay que esperar unos cinco minutos para poder aclarar el cabello. Si te sientes identificada, ¿por qué no pruebas con los acondicionadores en seco? Ahorrarás tiempo y tu pelo te lo agradecerá.