En la adolescencia, la piel, al ser aun joven, no necesita aportes extras de nutrientes, colágeno o elastano, pero sí es necesario proporcionarle algunos cuidados para evitar o disminuir en la mayor medida posible la aparición de granos, espinillas y puntos negros propios del acné, que pueden restar cierto atractivo al rostro y no siempre resultan fáciles de disimular con maquillaje.
El acné se debe al exceso de grasa que se acumula en la piel debida a los cambios hormonales propios de la adolescencia, sobre todo en la zona T (frente, nariz y barbilla), donde suelen salir los granos con más frecuencia. Para regular de nuevo esta producción y prevenir los brotes de acné podemos seguir algunas pautas:
Limpieza
No olvides lavarte la cara por la mañana y por la noche, pero evita hacerlo más a menudo, ya que de lo contrario saldrá mas grasa. Lo mejor es utilizar sólo agua tibia y masajearte suavemente la piel con movimientos circulares, sin frotar, utilizando sólo las manos, sin esponjita o toallitas. Puedes utilizar un jabón específico para el acné, pero asegúrate de que sea adecuado para tu tipo de piel.
Por la noche, puedes utilizar un gel o crema específico para limpiar la piel en la adolescencia. Aplícalo siguiendo las instrucciones y utiliza una toallita húmeda o un algodón empapado en tónico para eliminar cualquier resto de producto que pueda quedar. De este modo te aseguras de que la piel respire bien por la noche y de que los poros no quedan obstruidos, con lo cual tendrás menos granos y espinillas.
Cuidado semanal
Retirar las células muertas también es esencial, por lo que no debes olvidar exfoliar la piel una vez a la semana. Elige una exfoliación suave, para evitar irritaciones en la piel, especialmente si la tienes sensible. Asegúrate de que en todo momento utilizas productos para la piel joven.