Es la pregunta del millón y la que muchas veces nos hacemos sentadas en la peluquería delante del muestrario de colores o frente a la estantería de tintes del supermercado… ¿Qué color me favorece más? A veces lo que más nos gusta no es lo que más nos favorece. Incluso, hay veces, en las que lucimos un color de pelo durante mucho tiempo, nos acomodamos y no cambiamos aunque, ese tono no sea el más adecuado.
Elige el color que mejor te vaya
Normalmente nuestro color natural nos favorece pues está en concordancia con el tono de nuestra piel y nuestros ojos. Pero podemos aburrirnos de vernos siempre igual y, entonces, nos entra el gusanillo del cambio.
Elegir un color de pelo no debe ser cosa de un impulso, hay que pensar en nuestros rasgos, nuestro corte de pelo y, sobre todo en nuestro tono de piel y nuestro color de pelo natural. Un cambio muy drástico puede ser una solución radical pero podemos no encontrarnos a gusto.
Los colores estridentes y artificiales pueden sentar bien en casos muy concretos, Rihanna y su color rojo es un buen ejemplo, pero no es apto para todas. Siempre recomiendo escoger un tono que se adapte no sólo a nuestro aspecto, también a nuestro modo de vida.
Mantenerse cerca de nuestro tono es una apuesta segura. Si tienes la piel muy clara, los colores como el rubio o el cobrizo te sentarán muy bien. El negro te dará un aspecto más nórdico, pero también puede quedarte bien. Si tienes la piel muy oscura y tu pelo es negro azabache, intenta mantenerte en la gama de caobas y, si quieres aclararlo, hazlo con unas mechas color caramelo. Si eres pelirroja y estás aburrida de tu tono, opta por aclararlo y busca un cobrizo o un color miel.
Nuestro color de pelo dice mucho de nosotras e influye mucho en cómo nos sentimos así que escoger el color adecuado es importante. Si no lo tienes claro, pide consejo a tu peluquera.