Todos realizamos revisiones de manera continua: la presión de los neumáticos de los coches, las facturas que hemos pagado, la revisión de nuestra mascota en el veterinario, etc. De esta forma, es muy fácil incluir una cosa más a la lista: la revisión de las pecas y lunares de nuestro cuerpo.
Cada mes, podemos revisarnos los lunares y pecas de nuestro cuerpo para comprobar si han cambiado en algo. Si notas algún cambio en estas partes de tu cuerpo, puede significar un problema potencial. A continuación, tienes una pequeña lista de las cosas que debes revisar en tus lunares:
– Asimétrico
Mira los pliegues que tiene y comprueba si la superficie es plana o no. Si se divide en dos partes de repente, lo mejor es que acudas al médico.
– Frontera irregular
Los lunares deben tener un borde definido. Los melanomas, por lo general, tienen muescas o formas nada definidas.
– Cambios en el color
Un lunar puede ser peligroso si no se observa el mismo color por todas sus partes siempre.
– El diámetro
Los lunares no deben ser mayores de ¼ de pulgada (6,35 mm) de diámetro.
– Evolución
Un lunar que a veces tiene cambios en la forma, color, altura o la textura es sospechoso. Igualmente es sospechoso, si de repente te sale un lunar que también te pica o te molesta.
Puedes tener un alto riesgo de desarrollar un melanoma si tienes lunares displásicos. Estos lunares son mayores de ¼ de pulgada (6,35 mm), con sus centros oscuros y unos bordes irregulares. Con frecuencia son hereditarios, por lo que otros miembros de la familia, también pueden tenerlos.