En las saunas la temperatura oscila entre los 80 y los 100 grados centígrados. Proporciona un medio de relajación con múltiples beneficios y ventajas como lo son: desintoxicación de la piel, purificación del organismo, mejora del ritmo cardiaco y circulatorio, dilatación de bronquios y regulación de la presión sanguínea.
Se produce una elevación del riego sanguíneo y regeneración de células, que ayuda a aliviar varias enfermedades cutáneas y respiratorias. La concentración de calor resulta positiva para el sistema cardiovascular dado que el corazón bombea más fuerte y por lo tanto se favorece la circulación. Las saunas de vapor con mentol o eucalipto, actúan de forma positiva en los bronquios y el sistema respiratorio en general.
Pero especialmente, la sauna favorece a la transpiración e hidroforesis en la piel dando lugar a la eliminación de toxinas y una limpieza de la epidermis profunda. Tanto los spa como las saunas cuidan, protegen e hidratan nuestra piel favoreciendo a los cuidados de belleza.