Dentro de las mascarillas, podemos encontrar diversos tipos. Uno de ellos son las llamadas sleeping mask. Es decir, las que se aplican por la noche con el fin de que los principios activos que incorporan penetren mejor en la piel y se favorezca su regeneración. Con su aplicación, también se incide en recuperar la piel, reanimarla y revivirla. Y es que suelen incluir principios hidratantes y nutritivos, aparte de evitar que la dermis pierda agua para mantener una correcta hidratación de la piel. Pero este tipo de productos, contienen muchas más ventajas, siempre que se usen de la manera adecuada.
Ventajas
Las sleeping mask tienen la principal ventaja de que son más concentradas que otros productos. Por ejemplo, es habitual que contengan más vitaminas que las cremas de noche, aparte de incorporar también productos ultra-reconfortantes para aquellas pieles que necesitan un extra de descanso y más confort.
Aparte de ser mucho más efectivas por esta mayor concentración de activos, también tienen la ventaja de que son muy fáciles de aplicar. Y es que tan solo hay que ponerlas y dormir con ellas, siempre que no se indique lo contrario en sus instrucciones.
Manual de uso
Para que estas mascarillas hagan efecto, es importante seguir una serie de pasos. Y es que, aunque son muy sencillas de utilizar, sí es cierto que requieren de una determinada rutina para ganar en efectividad.
Siempre se recomienda realizar una ligera exfoliación de la piel del rostro para que este más receptiva a los principios activos y poder responder mejor. Y, aunque en general no se utiliza la crema de noche con ellas -de hecho este producto es sustitutivo-, sí se puede aplicar el sérum habitual o un aceite facial para favorecer la absorción.
Además, es conveniente extenderlas al menos 30 minutos antes de irse a dormir para evitar que los principios activos de la mascarilla vayan a la almohada en lugar de a la piel.
Y, para conseguir buenos resultados, tampoco es bueno abusar de ellas. Por ejemplo, la piel muy seca sí puede utilizarlas todas las noches, pero es mejor hacer uso de ellas de forma puntual y no superar las tres aplicaciones por semana. Y, un último consejo, se pueden extender también por el cuello y el escote.
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