Al igual que en verano nos gusta lucir una tonalidad de cabello clara, acorde con la estación, con la llegada del otoño nos puede apetecer cambiar a un tono más oscuro, sin llegar al negro, por lo que elegimos un tono castaño y así lograr un cambio de look con el que encarar los últimos meses del año.
Antes de hacerlo, deberemos asegurarnos de que la salud de nuestro cabello es buena, que presenta buen aspecto y vitalidad y que las puntas no están abiertas. Si no estamos muy seguras, lo mejor es aplicarnos mascarillas nutritivas y reparadoras que fortalezcan nuestro cabello de cara a al tratamiento que le vamos a aplicar. De otro modo, nuestro cabello quedará apagado y sin vida y por muy bonito que sea el color que utilicemos. Cuando el pelo está dañado, no absorbe bien el tinte, y el resultado final no es homogéneo, sino con grandes diferencias de tonalidad.
Si nuestro pelo es moreno, podemos teñirnos nosotras mismas en casa si tenemos la costumbre de hacerlo. Si no estamos muy seguras del resultado, lo mejor es elegir un tinte semipermanente, que desaparecerá tras varios lavados y no tendremos problemas si no nos gusta mucho el color final, con la ventaja de que tu cabello no resultará tan dañado como con el tinte permanente.
Si tu cabello es rubio o tienes mechas, lo mejore es dejar que nos tiña un profesional, porque si aplicamos mal el tinte o escogemos un tono que no sea correcto, el resultado puede ser una melena en un tono grisáceo o verdoso que difícilmente va a tener arreglo.
Si eres rubia o has tenido el cabello de este color, no olvides que el cabello oscuro endurece y resalta más los rasgos, por lo que el maquillaje deberás adaptarlo a tu nuevo color de pelo.