Como sucede cuando va a llegar el verano y se va a tomar el sol, es igualmente conveniente preparar la piel antes de la entrada del invierno y de los días más fríos con el fin de que pueda estar radiante durante toda la temporada y no se produzcan problemas en la dermis. Tan solo es necesario seguir una serie de consejos para que no se note el cambio de temperatura.
Los consejos
Lo primero que hay que hacer es observar bien el cuerpo y el rostro, prestando especial atención a todas y cada una de las zonas con el fin de determinar si existe sequedad en la dermis, granitos, ojeras, manchas… Con este primer diagnóstico hay que empezar a poner las medidas.
La regla general, con independencia del estado de la piel, es hacer un peeling para eliminar todas las células muertas, algunos granitos, pequeñas manchas… Una buena manera de hacer la exfoliación es en la ducha porque permite llevar a cabo el proceso en todo el cuerpo y también en el rostro de forma paralela.
Tras este paso, lo mejor es aplicar una buena capa de hidratación y de nutrición, aparte de utilizar a su vez cremas o aceites ricos en vitaminas y minerales para que se reponga y se recupere de los efectos del sol, que aún perduran en la dermis.
Luego, hay que hacer una buena observación para incidir en aquellas zonas en las que se aprecia la piel más seca como es el caso de rodillas, codos… para insistir en la hidratación y nutrición.
Y, por supuesto, no hay que perder de vista otras partes del cuerpo que se ven muy afectadas por la llegada del frío como es el caso de las manos y los pies. En las primeras -las manos-, es importante aplicar crema varias veces al día para tenerlas bien hidratadas y que no se produzca sequedad ni aparezcan arrugas ni manchas. Además, una vez por semana es muy beneficioso hacer un tratamiento más intensivo como una mascarilla específica.
En los pies, la exfoliación debe ser muy intensiva para eliminar callos, durezas, pieles…, siendo aconsejable utilizar una crema específica para exfoliar esta parte del cuerpo. Luego, basta con aplicar una buena capa de hidratación y nutrición de forma periódica para mantenerlos en perfecto estado.