Con la llegada del verano y del buen tiempo, es habitual tener un mejor color de piel al broncearse. Sin embargo, si eres de las personas a las que aún les quedan muchos días para disfrutar de las vacaciones y no puedes acudir a la piscina o realizar muchas actividades al aire libre, no desesperes porque también es posible lucir un bronceado, aunque sea de mentira. Los cosméticos una vez más son los grandes aliados para conseguirlo.
Los trucos
Una de las opciones que se tienen son los maquillajes o polvos compactos que aportan un acabado como si se hubiera tomado el sol. En estos casos, para conseguir un mejor efecto y aplicación, es preferible aplicar una buena base unificadora del rostro para que luego el tono quede uniforme y también se pueda extender mejor.
No obstante, en el caso de que se quiera un acabado más natural es suficiente con aplicar unos polvos de sol. La clave de la aplicación de este producto está en simular en el rostro la forma del número 3. De este modo, las curvas tienen que coincidir más o menos con las sienes, pómulos y mandíbulas. Una vez realizado el trazo, hay que difuminarlo con una brocha con la que, posteriormente y cuando queda en ella poco producto, se debe dar otro toque en la frente, puente de la nariz y barbilla.
Ya sean maquillajes o polvos compactos, polvos de sol… o cualquier otro producto que se elija con acabado bronceado, se debe tener en cuenta que no tienen que ser brillantes, sino mates, cuando se van a lucir por el día. Sin embargo, por la noche, están permitidos los que aportan pigmentos irisados.
Y otra precaución. Si se tiene la piel grasa o muy seca es mejor no utilizar polvos compactos, sino optar por texturas en gel o crema, que se tienen que aplicar tras una buena aplicación de la hidratante para que queden uniformes y no se produzcan manchas.
En el caso de haberse excedido en la aplicación de cualquiera de estos productos, se puede utilizar un disco de algodón para retirar un poco. Y ojo porque no hay que olvidarse de extenderlo en la parte inferior de la mandíbula y por la parte del cuello para que no se note el efecto careta.