En más de una ocasión ya hemos hablado del poder que tienen las frutas para que la piel esté firme, más tersa y se minimice la aparición de las arrugas. Unas propiedades que se aprovechan tanto desde el interior con su consumo como desde el exterior al aplicar mascarillas que las contienen sobre la piel del rostro. La papaya es una de las frutas que presenta más ventajas, sobre todo, para tener una piel más joven. Con ella se puede preparar una mascarilla en casa de forma sencilla –de hecho es una de las más fáciles de realizar- y notar todos sus efectos beneficiosos para el cutis.
Preparación
Para elaborar esta mascarilla tan solo se necesita una papaya –a veces es suficiente con media- y harina de avena. El primer paso es extraer la pulpa de la papaya, que a continuación se tiene que mezclar con solo dos cucharadas de harina de avena.
Los dos ingredientes tienen que quedar bien mezclados hasta conseguir una crema homogénea. Una vez se ha obtenido, el siguiente paso es extenderla por todo el rostro como una mascarilla convencional, es decir, dejando un poco de espacio en el contorno de los ojos y alrededor de los labios. Como en el resto de este tipo de productos, se debe dejar pasar un tiempo para que actúe. En este caso, lo recomendable son unos diez minutos.
Posteriormente, hay que retirarla con agua templada y con la ayuda de una toalla o bien de algodones, teniendo que secar muy bien la piel después, pero sin frotar para no irritar la dermis.
La periodicidad con la que se debe hacer es una vez a la semana. Los resultados se observan de manera bastante inmediata. Con pocas aplicaciones, e incluso con la primera, podrás ver cómo la piel está más lisa y se han disminuido los efectos de la edad como, por ejemplo, las arrugas. También notarás el cutis mucho más terso. En resumen, que la piel parecerá más joven.