Si has elegido la playa como destino de vacaciones, estás de enhorabuena porque es ideal para ponerse en forma con poco esfuerzo y, además, sin que la gente note que estás haciendo ejercicio. Tan solo hay que elegir bien la actividad que se va a realizar para disfrutar de un buen día de playa y conseguir un cuerpo 10.
Caminar
Caminar es uno de los mejores ejercicios que puede realizarse. Y también lo es en la playa. Y es que darse un paseo por la arena es mejor que hacerlo por la calle o por la avenida del municipio o ciudad en la que estés. La clave radica en que se queman dos veces más calorías que sobre una superficie lisa.
Además, si la arena lo permite porque no hay muchas piedras o rocas, es mejor que camines descalza porque así, al tener que absorber la arena gran parte del impacto de la pisada, se trabaja más intensamente toda la musculatura y se ejercitan más las piernas.
También caminar por el agua aunque solo sea haciendo el gesto en una zona en la que te estás bañando es de gran ayuda porque el agua opone más resistencia. Por lo tanto, se queman más calorías y se tonifica más fácilmente el cuerpo.
Y, en la arena, a su vez se puede correr. Lo único que se tiene que buscar un terreno que no sea demasiado inclinado Además, se debe ir a paso suave porque la arena absorbe dos tercios del impacto de la pisada lo que hace que cada zancada cueste el doble que sobre una superficie firme y lisa.
Ejercicios
Aparte de estas actividades, también se pueden hacer una serie de ejercicios para trabajar zonas concretas del cuerpo. Por ejemplo, para tener unas piernas más fuertes, lo mejor es levantarlas -como si estuviera caminando-, pero hasta la altura de las rodillas como mínimo, mientras estás en el agua.
Igualmente, para conseguir unas piernas 10, se pueden hacer saltos en el agua, que debe llegar a la altura de la cintura. Cuando ya estés en esa posición, hay que intentar saltar todo lo que se pueda hacia adelante. Evidentemente, no será fácil porque el agua opone resistencia.
Y, para los brazos, hay ejercicios sobre todo con el fin de evitar esas alas de murciélago tan antiestéticas. Para ello, es necesario que el agua te cubra bien hasta la altura del cuello. También tienes que hacer pie y estar en una posición cómoda dentro del agua.
Desde ahí, solo tienes que extender los brazos hacia delante y juntar las palmas. De esta manera, abre los brazos en cruz hasta formar un ángulo de 90 grados -siempre con las palmas extendidas- y vuelve a juntar los de nuevo delante del pecho.
Diversión y actividad física
Además, hay ejercicios en el agua que, aunque parece que son solo diversión, permiten entrenar el cuerpo y trabajar la musculatura. Es por ejemplo el caso del churro de piscina.
Y es que estar sentada a horcajadas sobre él durante un tiempo y tener que mover las piernas hacia delante y hacia atrás o mantenerlas rectas en función del movimiento del churro, hace que piernas, glúteos y abdominales trabajen como en una sesión de gimnasio.
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