El cabello siempre hay que cuidarlo, pero hay estaciones en las que es clave extremar las atenciones para que esté en perfecto estado. Es el caso del verano por el sol, la playa y la piscina, pero también del invierno por el frío porque reseca mucho el cabello y puede hacer que el pelo se quiebre más fácilmente. Y, en esta época del año, ¿qué atenciones extra tenemos que prestarle a nuestro cuero cabelludo?
Exfoliación
Para tener un cuero cabelludo sano, es necesario que se exfolie durante el invierno para retirar las células muertas y el exceso de grasa, sebo o suciedad que se acumula por las calefacciones, entre otros factores que influyen.
La exfoliación se convierte así en un sistema ideal para oxigenar el cabello y que permanezca fuerte y crezca, pero siempre debe hacerse con productos específicos y preparados para todas estas funciones.
Nutrición
La nutrición es otro de los cuidados imprescindibles del invierno. Una buena opción es aplicar mascarillas nutritivas para que el cabello esté bien nutrido, hidratado y esté más brillante.
El secreto está en utilizar una mascarilla hidratante y nutritiva una vez a la semana, siendo preferible elegir las que contienen ingredientes como manteca de karité y linaza porque tienen un gran poder y efecto hidratante.
Masaje
Durante el invierno, igualmente, es fundamental extremar la limpieza para mantener el pelo en todo su vigor y con esa vitalidad que se puede ver mermada por el frío y las bajas temperaturas.
La manera más fácil de conseguirlo es dando masaje por todo el cuero cabelludo para activar la circulación sanguínea de toda la zona. Y un buen momento para hacerlo es cuando te laves el pelo para lo que cuentas con la ayuda de un champú que sea muy nutritivo para evitar a su vez la deshidratación.
Secado
En el invierno, es más difícil poder secar el pelo de forma natural. Sin embargo, en la medida de lo posible, es mejor prescindir del secador. Si no puedes evitarlo, emplea siempre temperaturas más bajas porque las altas lo resecan.
Además, es conveniente restringir el uso de planchas o tenacillas. Si no puedes evitar su uso, no te olvides de utilizar protectores térmicos y de aplicar aceites especiales para dar brillo al cabello.
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