Elegir un rimel no es fácil. Las diferentes marcas tienen múltiples productos con los que se consiguen diversos efectos para dar volumen o bien alargar o curvar las pestañas, entre otros resultados. La elección de la máscara de pestañas tiende a hacerse en función de lo que se publicita o bien de lo que se indica en el producto, pensando que el contenido del rimel es lo que va a hacer conseguir ese efecto. Y, sí influye, pero lo más importante es fijarse en el cepillo del rimel. Y es que su forma es lo que más ayuda a conseguir el resultado de maquillaje que desees. Y, ¿para qué sirve cada cepillo?
Los tipos de cepillos de rimel
Los cepillos de las máscaras de pestañas son diversos, aunque se puede hablar principalmente de cinco tipos. Uno de los más habituales es el conocido como “cónico” por su forma de cono. Su principal función es la de abrir la mirada porque aporta un extra de curvatura, sobre todo, a las pestañas externas.
Otro de los más comunes, y quizá el más tradicional, es el cepillo llamado “recto”, que es además bastante tupido. En este caso, su papel se basa en aportar a las pestañas un mayor volumen, aparte de contribuir a engrosarlas.
Dentro de los cepillos, igualmente, está el “curvo”. Este cepillo indica que la máscara de pestañas está más indicada para levantarlas y rizarlas, llegando incluso a conseguir un efecto tipo lifting en cada una de ellas.
Por supuesto, también hay que hablar dentro de este listado del cepillo de máscara de pestañas que es largo y con cerdas cortas. Este tipo es más adecuado para separarlas bien, así como para estirarlas para que queden más largas.
Y, finalmente, dentro de este listado de cinco cepillos de rimel, está el conocido como “twist”, que tiene forma de espiral. En este caso, su principal función es la de realzar las pestañas largas, mientras que también engrosa aquellas que son más cortas.
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