El sol es beneficioso para el organismo, pero es importante saber cómo hay que exponerse para evitar sus efectos nocivos, que también los tiene, sobre todo, en la piel con el fin de prevenir la aparición de líneas de expresión y arrugas y manchas, entre otros. ¿Qué hay que tener en cuenta? Aquí te contamos todo lo que necesitas saber para obtener todos sus beneficios sin impacto negativo.
Pautas
Lo primero que hay que tener claro es que la exposición solar debe hacerse siempre en las horas de baja intensidad y con protección solar. Y, precisamente, en los protectores hay que detenerse para utilizarlos correctamente.
El primer consejo es extenderlos siempre sobre la piel, ya sea del cutis o cuerpo, bien seca porque los filtros físicos no se extienden bien sobre la dermis. Los químicos tampoco penetran bien por lo que se pierde protección, lo que sucedería en ambos casos.
También se debe tener cuidado con los números que se incluyen en los protectores solares porque no se suelen entender bien e, incluso, se tienden a aplicar más de un producto, pensando que se suman filtros solares. No es así. Aplicar un protector de 30 y otro de 30, no implica que la protección solar final sea de 60. Tan solo se tiene una capa más gruesa de crema.
No obstante, con el fin de aplicar la protección ya desde por la mañana y cuando no se está en la piscina o playa, se puede optar por una combinación de productos con protección solar. El motivo no es sumar protecciones, que ya hemos visto que no es factible, sino que apetezca más seguir esta rutina para proteger la piel.
De este modo, por ejemplo, una buena opción es aplicar una hidratante con protección solar, un fotoprotector clásico y una base de maquillaje también con factor de protección solar.
Y, sobre cuánto aplicar, cuidado. La clave está en extender una cantidad de protector solar equivalente a un vaso de chupito para todo el cuerpo, siendo necesario volver a aplicar el producto cada dos horas.
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