Entre las diferentes técnicas de depilación que existen cada vez están ganando más adeptos las que destruyen el vello por acción de la luz, tanto luz pulsada como láser, y no es de extrañar, ya que tienen la ventaja de que consiguen resultados permanente, ayudando a las mujeres a librarse de la esclavitud de la depilación. Las sesiones de depilación láser o de luz pulsada y su duración dependen de la zona que nos queramos depilar, ya que el grosor y el tamaño del vello varía de una zona a otra.
Para que aproveches al máximo los beneficios que nos ofrecen estas técnicas y al mismo tiempo cuides de tu piel, es buena idea seguir estos consejos:
– No tomes el sol en las zonas que te vas a depilar como mínimo seis meses antes de hacerlo y, una vez que te sometas a esta técnica, debes esperar otras seis semanas después de finalizar el tratamiento. Tampoco es aconsejable tomar el sol entre sesiones, por lo que es el invierno la época ideal para este tipo de depilación.
– Depílate antes de someterte a este tratamiento. Si necesitas hacerlo entre sesión y sesión, lo que puede ocurrir ya que transcurre más o menos un mes, hazlo siempre con maquinilla, ya que en estas técnicas la luz se dirige a la raíz del vello.
– Esta técnica no resulta en el pelo blanco o en el vello fino. Es más exitosa para el vello negro sobre la piel blanca. No debes utilizarla en las zonas cercanas a los ojos ni donde la piel esté irritada o quemada.
– Si estás embarazada o dando de mamar a tu hijo, no debes someterte a este tipo de depilación. En el caso de que sufras una enfermedad crónica y te estés medicando, consulta a tu médico antes de depilarte.