La forma más frecuente de cuidado de nuestra piel en una sociedad claramente de consumo suele ser mediante cremas industriales que prometen nutrir nuestra epidermis, aunque a menudo no consiguen alcanzar a las capas más profundas de la piel, limitando de esta manera su efecto reparador. Es por eso que para gozar de una piel sana y luminosa, es fundamental entenderla como si fuera otro órgano más de nuestro cuerpo, que precisa un cuidado en profundidad. Si queremos cuidar de nuestra piel desde dentro, debemos equilibrar nuestra dieta de manera que nos aporte las vitaminas y minerales necesarios para mantener un lustre joven e hidratado.
Un factor fundamental en nuestra alimentación sería el consumo adecuado de agua, por lo que, sobre todo cuando hace más calor, se recomienda beber dos litros de agua diarios para mantener el balance hídrico de nuestro cuerpo. De igual manera, será importante incluir en nuestro recetario alimentos que contengan ácidos grasos monoinsaturados, como los que se encuentran en el aceite de oliva o el aguacate, y también poliinsaturados como los que proporcionan los frutos secos. Para responder a estas demandas, bastará con echar mano de nuestras recetas de ensalada favoritas e ir combinando los ingredientes con creatividad de manera que satisfagamos las demandas de nutrientes a nuestro gusto y de forma apetecible.
Valga decir que las hortalizas son también una fuente inagotable de beneficios para nuestra piel pues muchas de ellas ofrecen reconocidos efectos antioxidantes así como beta carotenos, vitaminas como la A y la E, de vital importancia para la salud de nuestra piel, y un aporte esencial de minerales. Teniendo esto en cuenta, se puede afirmar que la receta de gazpacho es otra de las que podemos “abusar” en beneficio de nuestra piel. Este verano, tendrás una piel resplandeciente echando mano de recetas que te nutran por dentro con resultados visibles desde fuera.