Cada día, la industria cosmética pone a nuestra disposición nuevas armas para combatir la celulitis, especialmente esa que nos lleva acompañando mucho tiempo y que parece imposible eliminar. Una de estas armas podemos encontrarlas en las cremas con efecto calor, cremas que, al combinar sus ingredientes con el calor proporcionado a la zona tratada, resultan mucho más efectivas a la hora de hacer desaparecer la celulitis o, al menos, lograr que el aspecto de nuestra piel mejore en gran medida, al tiempo que perdemos volumen.
La aplicación de estas cremas nos va a permitir mejorar la circulación periférica en la zona afectada, con lo que mejoraremos también la retención de líquidos y ayudaremos al cuerpo a eliminar toxinas. También reducen los nódulos de grasa que se acumulan debajo de la epidermis, al tiempo que aumentan la combustión de las grasas y mejoran el tono muscular, con lo que, a la larga, resulta más sencillo mantener la celulitis de la zona controlada.
Para lograr resultados deberemos, al igual que con todas las cremas anticelulitis, ser constantes en su tratamiento y aplicarlas de forma correcta.
La forma de aplicarlas es muy sencilla. Extenderemos la crema sobre la zona que queramos tratar, y después realizaremos un masaje con movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj. Este masaje debe durar entre diez minutos y un cuarto de hora, momento en que comenzaremos a notar el calor producido por la crema, y la dejaremos actuar.
Eso sí, no podemos esperar milagros. Si queremos obtener buenos resultados, además de la crema deberemos beber abundante líquido para ayudar a la eliminación de los mismos y de las toxinas acumuladas en el cuerpo, así como a eliminar las grasas descompuestas por efecto de la crema. Y también debemos cuidar nuestra alimentación, evitando el exceso de grasa, porque es precisamente lo que queremos combatir.