Uno de los principios de belleza y salud más efectivos para la mujer es el baño. El simple hecho de darse un baño puede alcanzar cotas placenteras si se tiene el tiempo necesario y se disponen de los elementos adecuados para que el momento de entrar en el baño se convierta en una cita especial para mejorar la belleza y la salud.
Las prisas nos acompañan siempre, hasta para disfrutar de un baño, siendo más bien una ducha. Algunas lo harán por la mañana antes de ir a trabajar, otras al venir del trabajo, o antes de irse a la cama por la noche. Si se pudiera escoger el mejor momento para disfrutar de un baño, sin duda que sería la noche, y que dure alrededor de 15 minutos. En la noche, un baño relaja los músculos de todo el cuerpo, y además favorece el sueño al reducir sobremanera la tensión nerviosa mental y física que durante todo el día se ha acumulado.
La temperatura del agua debe ser la adecuada; el agua fría -entre 20 y 25 grados- estimula y fortalece; el agua caliente -entre 36 y 40 grados, que es la temperatura máxima que el cuerpo humano resiste- relaja y ablanda las fibras; mientras que el agua tibia oscilará entre los 25 y 36 grados.
La inmersión en la bañera tiene que seguir un orden corporal, siendo el momento de entrar en el agua el más importante, ya que independientemente de la temperatura del agua, no hay que sumergirse de manera brusca. Siguiendo un orden, lo primero sería permanecer de pie en la bañera, y con las manos mojar muslos, vientre y pecho, para después sumergirnos completamente.